Conocer para defender

Iñaki Olano, Ecologistas en Acción de Ayamonte. Revista El Ecologista nº 67

El tramo bajo del río Guadiana constituye uno de los enclaves naturales de desembocadura y tramo bajo fluvial mejor conservados de la Península Ibérica. El reconocimiento paulatino del valor natural de esta zona, que discurre en torno a la frontera administrativa entre España y Portugal, ha resultado en la delimitación de varios espacios protegidos que incluyen la propia lámina de agua e importantes territorios en ambas orillas. Pero, hasta ahora, sin atisbos de una gestión conjunta ni de acuerdos de protección e intercambio para la conservación.

Parque Internacional

La propuesta de creación de un Parque Natural Internacional del Baixo/Bajo Guadiana, impulsada por varias asociaciones ecologistas de ambas orillas, entre las que se incluye Ecologistas en Acción, responde a la necesidad de dotar a estos espacios protegidos y al conjunto del Bajo Guadiana de una gestión conjunta que permita la conservación de este importante patrimonio natural y cultural y lo preserve frente a las crecientes amenazas que penden sobre él (urbanización insostenible, contaminación, grandes infraestructuras hidráulicas, etc.).

De materializarse el anuncio realizado a comienzos de 2010 por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, en el sentido de proteger 50.000 hectáreas de la orilla española con la creación de un nuevo Parque Natural podría ser un paso fundamental en esa dirección, pero de momento no sólo no se aprecian movimientos relevantes en ese sentido, sino que empieza a ser preocupante el retraso en la elaboración de los planes de gestión correspondientes a los espacios actualmente protegidos.

En el entorno español del Bajo Guadiana hay cinco espacios naturales delimitados como Lugar de Interés Comunitario (LIC) de la Red Natura 2000, incluido el propio río, su lámina de agua y el Paraje Natural Marismas de Isla Cristina, situado en plena desembocadura, que forma parte también del Inventario de Espacios Protegidos por la legislación andaluza.

También en la lista portuguesa de la Red Natura 2000 se protege un amplio espacio del Bajo Guadiana, del río y sus riberas, desde la desembocadura de la Ribeira de Beliche hasta algunos kilómetros abajo de la presa de Alqueva, incluyendo el Parque Natural do Vale do Guadiana. La necesidad de protección se argumenta básicamente por la presencia de especies piscícolas migradoras, entre ellas el esturión europeo, el saramugo (jarabugo) y otros endemismos piscícolas. En la zona más cercana a la desembocadura se incluye la Reserva Natural do Sapal de Castro Marim y Vila Real de Santo António.

La solicitud de declaración del Parque Natural Internacional del Bajo/Baixo Guadiana tiene la finalidad de contribuir a la conservación de sus ecosistemas y valores naturales y favorecer el mantenimiento de los usos y aprovechamientos tradicionales, así como los usos educativos, científicos, culturales, recreativos y socioeconómicos que sean compatibles con la protección del espacio.

Una gran biodiversidad

La propuesta fue formulada inicialmente por Almargem, Amigos da Mata e do Ambiente, Altela, CPADA, Pura Vida, Greenpeace y Ecologistas en Acción, y apoyada posteriormente por WWF España y otras entidades. Plantea como prioridad conservar, proteger y fomentar los recursos naturales, su vegetación, flora, fauna, geología y paisaje, preservando su biodiversidad y manteniendo la dinámica y estructura de sus ecosistemas, en especial los ligados al valle del río Guadiana y sus afluentes (Chanza, Vascao, Foupana, Odeleite, Sanlúcar).

Estos cursos de agua albergan una rica diversidad de ictiofauna, difícil de encontrar en cualquier otro lugar de Europa, con la presencia de un mínimo de 18 especies nativas, algunas en peligro de extinción, incluyendo poblaciones saludables de pez fraile (Salaria fluviatilis) y la constatación de las últimas citas ibéricas de esturión del Atlántico (Acipenser sturio). La subsistencia de dos especies de peces endémicas exclusivas de la zona como el jarabugo (Anaecypris hispanica) y el barbo cabecicorto (Barbus microcephalus) puede servir para equiparar la importancia de su conservación con la de mamíferos tan emblemáticos como el lince o el águila imperial, que por otra parte también cuentan con hábitats naturales en el Bajo Guadiana.

Embalses y urbanizaciones

Los cambios en los regímenes de caudales del Guadiana propiciados por la regulación derivada de la presa de Alqueva, han venido a agravar los impactos negativos de anteriores obras hidráulicas realizadas en las cuencas media y alta por la dictadura franquista y posteriores administraciones españolas, como se pone de manifiesto en los informes de investigaciones realizadas por científicos portugueses de la Universidad del Algarve. En dichas investigaciones se ha podido comprobar que la regulación de los caudales del río está propiciando la proliferación de especies invasoras, así como la pérdida de productividad y nutrientes de los que dependen especies de pesca claves en las economías regionales de ambos países.

La importancia de los valores naturales de la flora de esta zona del Bajo Guadiana, rica en taxones endémicos y asociaciones únicas, se explica porque coincide con el límite de dos sectores biogeográficos: el onubense litoral y el algárvico, lo que genera un aumento de la diversidad ecológica al compartir características propias de los dos sectores. Un sistema ambiental caracterizado por transiciones entre el mar, la propia ribera y la tierra firme propicia la generación de ambientes exclusivos que originan una rica biodiversidad con presencia de endemismos vegetales significativos de gran fragilidad y en constante peligro por actuaciones humanas. Entre éstas, destacan las monstruosas urbanizaciones que han crecido al amparo de las mafias del ladrillo en la zona española más cercana a la desembocadura (como el proyecto Costa Esuri, en Ayamonte, sin terminar por la quiebra de su promotor Fadesa-Martinsa, y la ocupación ladrillera de Isla Canela por Iscasa, filial de Pryconsa) y que amenazan también con extenderse en la orilla portuguesa.

Belleza, riqueza natural y cultural, biodiversidad, fragilidad e importancia de sus ecosistemas se conjugan para subrayar la urgente necesidad de creación del Parque Internacional del Bajo/Baixo Guadiana.