El ministerio de Fomento vuelve a presentar un plan en el que se incluyen decenas de proyectos muy lesivos para el medio ambiente y despilfarradores de fondos públicos. Por ello, las principales organizaciones ambientales plantearán directamente al ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente su oposición a este plan y le demandarán acciones concretas para reducir su negativa incidencia sobre el entorno.

El pasado 12 de marzo terminó el periodo de información pública para la evaluación ambiental del Plan de Infraestructuras de Transporte y Vivienda 2012-2024, PITVI, que promueve el ministerio de Fomento. Aprovechando una de sus reuniones periódicas, las principales organizaciones ambientales quieren hacer llegar directamente al ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente su profunda preocupación sobre el contenido de este plan.

El momento elegido es pertinente: ahora es cuando deben acordar ambos ministerios, Fomento y Medio Ambiente, una memoria ambiental en la que se definirán las determinaciones y restricciones que debería cumplir el PITVI. Pero, además, se está en plena polémica por la enorme cuantía –al menos 3.600 millones de euros– que supone el rescate de 9 autopistas privadas que prevé acometer el Gobierno.

Para Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF estamos ante un plan del pasado, sobre todo en lo referido a grandes infraestructuras de transporte. Un plan que pretende invertir 140.000 millones de euros para construir 12.000 kilómetros de infraestructuras lineales de alta capacidad (4.686,2 km de nuevas autovías y 7.289,3 km de líneas de alta velocidad ferroviaria), con los tremendos impactos ambientales que supone, y olvidando que ya somos récord europeo en kilómetros de estas infraestructuras y eso no nos ha hecho más resistentes a la crisis o ha generado empleo.

A juicio de las organizaciones ambientales, la evaluación ambiental que se ha realizado del PITVI es muy deficiente. Así, no se ha tomado en consideración una verdadera alternativa cero, como exige la ley –Ley 9/2006, artículo 8–, sino que se ha optado por comparar el escenario PITVI con respecto a lo que ocurriría si seguimos construyendo obras según el plan anterior, el Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte, PEIT, aprobado en 2005 por el anterior Gobierno socialista.

Usando esas comparaciones se llega a resultados esperpénticos. Por tomar un ejemplo de entre los muchos posibles, se plantea la afección a “zonas de interés paisajístico” (Informe de Sostenibilidad Ambiental, ISA, pág. 595) y se concluye para la carretera que “El efecto producido por las previsiones del PITVI es de menor magnitud que el existente en la situación actual o el producido por el PEIT”, y que por lo tanto resulta positivo. Es decir, 4.700 km de nuevas autovías serán beneficiosos para nuestro paisaje sencillamente porque se compara con un escenario aún peor, y no con la alternativa de no construirlos.

Del mismo modo se afirma que “Los incrementos de ocupación debidos a las infraestructuras viarias y ferroviarias previstas sobre la Red Natura (3.498 hectáreas) y sobre el conjunto de espacios de interés analizados […] son de escasa significación” (ISA, pág 493). Esto es, nada menos que 1.311 km de autovía y 1.847 km de alta velocidad ferroviaria afectarán a distintas categorías de espacios naturales protegidos, pero eso no parece relevante.

Otra cuestión a enfatizar es el hecho que aunque teóricamente el PITVI tiene por objetivo el delimitar las orientaciones estratégicas de las políticas de transporte y vivienda, de forma contradictoria con esta orientación incluye un listado de proyectos de autovías, líneas AVE, ampliaciones de puertos o aeropuertos ya definidos y concretos. Y más chocante aún es que estos proyectos incluyen muchos que ya se evaluaron en su día y que fueron rechazados por su fuerte impacto ambiental.

Por todos estos motivos, las organizaciones de defensa ambiental recordarán a los responsables políticos de medio ambiente que este plan tan desarrollista y ajeno a los intereses de la sociedad y tan agresivo para el medio ambiente, además supondrá el despilfarro de dinero público. Y esto ocurre cuando mayor es la sensibilidad ante los continuos recortes en prestaciones sociales o en mejoras ambientales, y justo también cuando surge la polémica sobre el rescate a las autopistas privadas en concurso de acreedores por falta de tráfico. Por eso, demandarán al ministerio que se oponga a los planes de Fomento haciendo valer su mandato de defensa del medio ambiente, planteando condiciones que limiten drásticamente los daños que provocaría el PITVI.