Hace más de un año, en julio del 2013, la federación malagueña de Ecologistas en Acción presentó alegaciones al Estudio de Impacto Ambiental que por entonces estaba en exposición pública. Este estudio era un paso administrativo previo para la autorización de las prospecciones, es decir, la utilización de balas acústicas para confeccionar un mapa del fondo marino en el que se advierta la existencia de posibles bolsas de gas. En caso positivo, en una fase posterior, en la que precisamente se encuentra ahora otro de los proyectos del litoral de Málaga, el Sirocco, que a diferencia del Chinook sí superó el estudio de impacto ambiental, se empezaría a realizar sondeos con perforaciones en estos lugares y evaluar su rentabilidad como recurso explotable, una fase que en el litoral de la Costa del Sol Occidental se está postergando y contra la que está luchando con tesón una plataforma ciudadana liderada por Ecologistas en Acción, que ha logrado los apoyos de ayuntamientos, Diputación Provincial y diversas entidades empresariales.
El mencionado Estudio de Impacto Ambiental de Sirocco, declarado negativamente por la Administración, a todas luces fue realizado sin conocer bien la realidad natural de la zona afectada y, por lo que se ve, con desconocimiento sobre los impactos que provocan los disparos acústicos en el mar. En nuestras alegaciones aludíamos a numerosos estudios científicos realizados tanto en el Mediterráneo como en otros mares, en donde se ha demostrado que las balas acústicas provocan graves afecciones tanto en la fisiología de los animales marinos (no sólo cetáceos, sino también peces e invertebrados) como en su comportamiento, pudiendo provocar la muerte masiva de peces (por explosión de su vejiga natatoria) y la huida de animales de ecosistemas de gran valor natural (como los Acantilados de Maro, a muy poca distancia del lugar de las prospecciones) y de zonas de pesquería como determinados bancos. El informe ignoraba también que la transmisión acústica por el mar es muy efectiva, de modo que el impacto sonoro no sólo afecta a la fauna más cercana a la fuente de sonido, sino que, merced a la capacidad de propagación y algunas condiciones físicas del medio, puede afectar a fauna situada a cientos de kilómetros. Por otra parte señalábamos los riesgos de tsunami que podrían producir esas ondas acústicas, al provocar deslizamientos en masa de sedimentos situados en los cañones submarinos, que provocarían la generación de una onda que finalmente se convertiría en un tsunami, hipótesis demostrada por estudios científicos recientes.
No obstante, Ecologistas en Acción, se mantiene alerta ante la posible reelaboración del estudio de impacto ambiental por parte de la empresa Chinook y recuerda que todavía hay que ganar otra batalla: las prospecciones en la Costa del Sol Occidental, para la que reclamamos el apoyo de todos, porque no sólo afecta al medio natural, sino a los intereses económicos de la zona.