• Todo el incremento en el consumo de biodiésel en Europa desde 2010 (34%) se ha cubierto con aceite de palma importado.
  • El 77% del biodiésel consumido en España en 2014 se fabricó a partir de aceite de palma, que genera 3 veces más emisiones que el diésel convencional.
  • Si el biodiésel consumido en Europa es un 80% peor para el clima que el diésel fósil, el consumido en España es un 170% peor.
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Cars and trucks burn almost half of palm oil used in Europe

En 2014, el 45% de todo el aceite de palma usado en Europa se transformó en combustible para transporte por carretera, según las estadísticas de la patronal europea de aceites vegetales “Fediol”, obtenidas por la federación Transport & Environment (T&E), de la que forma parte Ecologistas en Acción, y analizadas en un informe publicado hoy. Dicha cantidad equivale a un consumo diario de cuatro piscinas olímpicas llenas de aceite de palma [1].

Tal y como informaron recientemente las organizaciones ecologistas, un análisis previo de la Comisión Europea (CE) reveló que el impacto climático del biodiésel elaborado a partir de aceite de palma es tres veces peor que el del diésel fósil –teniendo en cuenta las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en todo el ciclo de vida– como consecuencia de la deforestación y destrucción de turberas provocadas por la expansión de las plantaciones de palma en el sudeste de Asia, Latinoamérica y África [2].

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No disponemos de cifras disgregadas sobre el consumo de aceite de palma en España, pero si sabemos que un 77% del biodiésel consumido aquí en 2014 se fabricó a partir de esta materia prima, frente al 31% de la UE [3]. Para Abel Esteban, coordinador de la campaña sobre bioenergía de Ecologistas en Acción, “si el biodiésel consumido en Europa es un 80% peor para el clima que el diésel fósil, el consumido en España es un 170%, dada nuestra gran dependencia del aceite de palma importado”.

El uso de aceite de palma para producir diésel se ha multiplicado por seis en Europa entre 2010 y 2014, cubriendo la totalidad del crecimiento del consumo de biodiesel en dicho período, que alcanzó un 34%. El clima europeo no permite el cultivo de la llamada palma aceitera o africana, por lo que se importa en su totalidad.

El aceite de palma utilizado en Europa para fines no energéticos (por ejemplo: comida, piensos, cosméticos y jabón) ha disminuido un tercio en dicho periodo. Y es que en 2014, el 60% del consumo europeo de aceite de palma tuvo fines energéticos (transporte, generación de electricidad y calor).

Jos Dings, director ejecutivo de Transport & Environment, concluyó: «Los biocarburantes de primera generación deben desaparecer gradualmente a partir de 2020. Es más, es imprescindible terminar con el disparate según el cual los biocarburantes que dañan el clima todavía se consideran como neutros para el cumplimiento de los objetivos europeos de reducción de emisiones”.

Ecologistas en Acción critica a su vez la actitud de la rama de biocarburantes de la Asociación de Productores de Energías Renovables, APPA Biocarburantes, por su recurrente actitud negacionista del impacto climático del biodiésel de primera generación, a pesar del conjunto de estudios científicos que coinciden en la relevancia de las emisiones atribuibles a los cambios indirectos del uso del suelo, al que se han sumado los recientes estudios elaborados desde la CE o T&E. Para Abel Esteban “resulta muy preocupante que en el seno de APPA, una organización donde están representados sectores de como el eólico, fotovoltaico o termosolar, claves para la transición a un sistema energético justo y 100% renovable, se defienda una tecnología con resultados aún peores que el diésel de origen fósil al que reemplazan”. Tales son sus efectos que 132 organizaciones de la sociedad civil de todo el planeta, incluyendo la organización ecologista, han solicitado recientemente que los biocarburantes a partir de aceites vegetales no se consideren energía renovable, y por lo tanto, no se beneficien de políticas y fondos públicos [4].

La CE está revisando la Directiva de Energías Renovables, que decidirá el futuro del actual límite del 7% para los biocarburantes de primera generación a partir de 2020, y los criterios de sostenibilidad para toda la bioenergía. El órgano ejecutivo de la UE publicará una propuesta en el último trimestre de este año.

Notas

[1] Informe “Cars and trucks burn almost half of palm oil used in Europe”. Una piscina olímpica de natación contiene 2,5 millones de litros. En 2014 el transporte en Europa quemó alrededor de 3.500 millones de litros de aceite de palma.

[2] La reforma de la política de biocarburantes de la UE en 2015 limitó el consumo creciente de biocombustibles producidos a partir de cultivos, que, como consecuencia de los cambios indirectos del uso de la tierra (emisiones ILUC), incrementan las emisiones de gases de efecto invernadero en lugar de reducirlas. Dicha reforma no incluyó las emisiones ILUC en la contabilidad de carbono de los biocarburantes en las directivas sobre la calidad de combustibles y en la de energías renovables. Es decir, biocarburantes tan nocivos para el clima o la biodiversidad como el fabricado a partir de aceite de palma, todavía son considerados como energía renovable en la UE, y pueden recibir apoyo financiero público. Ver noticia

[3] De acuerdo con las Estadísticas de biocarburantes de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia relativas a 2014.

[4] Declaración “La bioenergía a gran escala debe excluirse de la definición de energía renovable”, disponible en http://www.biofuelwatch.org.uk