El 4 de julio de 2015 tomó posesión el presidente del Gobierno de Castilla-La Mancha, Emiliano García Paje, fruto de un acuerdo de investidura ahora roto entre el PSOE y Podemos y que dejó de lado las prioridades ambientales.

Afortunadamente esa ausencia lamentable no ha impedido que se hayan puesto en marcha importantes iniciativas, pero a la postre está dejando aflorar graves carencias en la gestión del medio ambiente a escala regional.

La política de medio ambiente del ejecutivo regional empezó teniendo más luces que sombras, pero empieza a tener más sombras que luces, sobre todo después de la dimisión del Viceconsejero de Medio Ambiente y de la crisis de los incendios. También tras observar el escaso contenido y falta de visión de calado ambiental del Pacto por la Economía y el Empleo y del Debate del Estado de la Región.

Lo sucedido en la gestión de los residuos, de los incendios de Seseña y Chiloeches y del vertedero de amianto en Toledo no son sino la prueba de que la Junta no dispone de los medios ni de la iniciativa para afrontar sus más elementales obligaciones en materia medioambiental.

Primeras medidas, necesarias y bien recibidas

El nuevo gobierno tomó algunas decisiones en las primeras semanas que ya figuraban en el programa electoral del PSOE y de Podemos. Así, el 27 de julio de 2015 se inicia el procedimiento de ampliación de la ZEPA/ZEC de El Hito, recientemente aprobada, se apuntala la oposición al proyecto del ATC de Villar de Cañas, se inician los trámites para limitar la explotación de hidrocarburos mediante la técnica del fraking y se conforma una postura regional fuerte para hacer frente al deterioro del río Tajo y al impacto del trasvase Tajo-Segura.

Tambien se crea, por primera vez en Castilla-La Mancha, una viceconsejería de medio ambiente. Y, en el aspecto de la participación pública, se inician los debates sobre la reforma de la ley de caza, sobre los planes de uso y gestión en Red Natura 2000 y sobre un nuevo modelo de desarrollo económico, éste en base a las denominadas «Mesas del pacto por la recuperación económica».

Faltan políticas de fondo

Pero pronto se observan las limitaciones a las que se enfrenta la puesta en práctica de políticas ambientales. Los presupuestos de 2016 mantienen los recortes de etapas anteriores, 45% sobre los de 2010, ofreciendo una carencia de medios humanos y materiales que hacen muy difícil el control y la vigilancia ambiental o que imposibilitan la puesta en práctica de actuaciones en sectores estratégicos, como por ejemplo el de la educación ambiental.

También aparecen las contradicciones en la tramitación de actuaciones como el proyecto de minería de tierras raras en el sur de Ciudad Real, en la petición de regularización de pozos ilegales en el Guadiana o en las situación de las viñas en espaldera irregularmente instaladas en zonas protegidas.

Por otro lado, se echan en falta iniciativas de calado que promuevan adecuadamente las actividades económicas sostenibles como la agricultura y la ganadería ecológicas, la movilidad sostenible, el cambio de modelo energético o el ecoturismo.

Aún siendo conscientes de lo difícil que es cambiar la inercia negativa en materia de medio ambiente que se arrastra de la legislatura anterior, esperábamos y esperamos más de un Gobierno y de unos partidos que lo apoyan que han asumido a través de los programas electorales importantes compromisos ambientales.

Será por la falta de medios, por la falta de tiempo o de voluntad política, pero el caso es que, en las políticas a medio y largo plazo no se ha avanzado de forma significativa hacia una sociedad sostenible en Castilla-La Mancha.

Para colmo y después de dos crisis ambientales muy mal gestionadas y peor resueltas, las de los incendios del vertedero de neumáticos de Seseña y de la planta de tratamiento de residuos de Chiloeches, el Viceconsejero de Medio Ambiente se ve obligado a dimitir dañando, quien sabe para cuanto tiempo, una institución que ha tardado mucho en lograrse y que sigue siendo muy necesaria para esta región.

Si analizamos brevemente y por sectores podemos dar algunos apuntes sobre lo acontecido en estos 14 meses.

Agua: si exceptuamos la oposición al trasvase Tajo-Segura y la defensa del caudal del Tajo sigue sin substanciarse el cambio necesario en política de aguas. No se ha avanzado en la gestión racional del agua que priorice el ahorro, la preservación del ciclo hidrológico o el sostenimiento de los ecosistemas y se mantienen y alimentan las regularizaciones de pozos ilegales en el Guadiana o la sobrexoplotación en el Júcar y en el Tajo.

Infraestructuras: se mantiene la sobredotación de las infraestructuras del transporte y se piden más, retomando proyectos impactantes como las autovías Toledo-Ciudad Real o la Cuenca-Albacete. La falta de fondos es la única razón por la que estos proyectos no avancen a corto plazo.

Urbanismo: sigue por hacer la reforma que impida que vuelvan a reproducirse las condiciones que dieron lugar a la burbuja inmobiliaria en Castilla-La Mancha. Y no se ha puesto en marcha ningún mecanismo para cicatrizar en lo posible las heridas dejadas en el territorio.

Agricultura y desarrollo rural: al mantenimiento de las mismas políticas agrícolas que padece el medio ambiente de nuestra región, se añade la mala solución dada al recorte a las ayudas para la agricultura ecológica. Independientemenete de las cuantías, Ecologistas en Acción ha solicitado un apoyo decidido a un agricultura sostenible que mantenga la fertilidad de la tierra a largo plazo.

Además, las nuevas líneas de ayuda, están ocasionando el incremento de la ganadería intensiva, especialmente la del porcino, que ha demostrado ser altamante impactante, sobre todo por el efecto muy negativo sobre el medio ambiente de los purines. Así mismo, la catalogación del herbicida glifosato por la OMS, como posible cancerígeno, no ha tenido repercusión en que deje de usarse en Castilla-La Mancha, como sí ha ocurrido en la Comunidad de Madrid.

Cambio climático: la nueva estrategia regional sigue bloqueada, mientras no se da el necesario impulso ni a las renovables, ni a la movilidad sostenible.

Residuos: catástrofes como los incendio Seseña y Chiloeches demuestran que los planes de gestión de residuos, así como su implementación, están fallando estrepitosamante. Asimismo que los protocolos de emergencias del Platecam están desfasados y crean daños adicionales a los que pretende evitar. Sigue sin visos de solución el vertedero de restos de amianto existente en Toledo. El nuevo plan regional de gestión de residuos, presentado recientemente, supone más de lo mismo y en nada soluciona los graves problemas que se llevan arrastrando durante décadas en Castilla-La Mancha.

Gestión e incendios forestales: los incendios siguen absorbiendo buena parte de los recursos económicos y humanos dedicados al medio ambiente y, a pesar de ello, siguen sin atenderse medidas de prevención y vigilancia que eviten actuar a posteriori en este tipo de catástrofes.

Espacios naturales y especies protegidas: las propuestas en este sector permanecen bloqueadas, algunas, como el Plan de recuperación del águila perdicera o del lobo, se arrastran desde hace varias legislaturas. A trompicones está avanzando la aprobación de los planes de gestión en espacios red natura 2000 y se mantienen abiertos los centros de interpretación. Y los parques nacionales siguen con los problemas de siempre, agudizados si acaso por el paso del tiempo.

Caza: a pesar de que el ejecutivo entrante defendió la reforma de la nefasta Ley de caza que aprobó el gobierno de Cospedal, 14 meses después se ha publicado un primer borrador que queda todavía muy lejos del cambio que solicitó la «Plataforma contra la ley de caza». Lo peor es que este ejecutivo sigue apostando por un modelo de caza comercial e intensiva.

Recursos naturales: la decisión positiva por parte del gobierno regional de decir no al fracking, tiene su reverso en la tolerancia a la explotación minera de las denomonadas tierras raras.

Bienestar animal: a pesar de que se han iniciado los trabajos para una nueva ley de protección animal, no parece que el Gobierno vaya a afrontar el problema del maltrato animal en sectores tan problemáticos como la caza o los toros.

Queda mucho e importante por abordar

Hay mucho e importante por abordar en materia de medio ambiente en Castilla-La Mancha y, de momento, no se ve que las buenas expectativas iniciales que creó el Gobierno se vayan a ver sustanciadas. La Viceconsejería está falta de presupuestos, pero, sobre todo está falta de peso político y de medios humanos para asumir siquiera sus tareas administrativas básicas. Ni que decir tiene lo difícil que sería asumir los nuevos retos que son necesarios.

Tan mal se ve la situación que, hoy por hoy, sería para estar satisfecho con que la Viceconsejería dispusiera de los medios humanos básicos y formados para atender sus obligaciones en materia de control y gestión del medio ambiente. Hacen falta agentes medioambientales, técnicos y jurídicos que saquen el trabajo del día a día. Y, a su vez iniciativas políticas que transformen un modelo ambiental más pendiente de ir saliendo del paso según van surgiendo los problemas que de organizarse y actuar adecuadamente.

Tras la dimisión del Viceconsejero y las catástrofes de Seseña y Chiloeches, es necesario también la modificación del Platecam y la sustitución de los responsables de la aplicación del mismo y que provocaron desinformación y mayores daños para la salud y el medio ambiente de los que se hubieran sufrido en caso de haber actuado con criterios de prevención.

También es necesario un nuevo Consejo Asesor de Medio Ambiente, en el que la administración no vote sus propias propuestas, y que sea escenario de debate e iniciativas en las que participen todos los agentes implicados.

Pero, con todo, lo más importante es que el Gobierno «se ponga las pilas» y también los partidos que lo sustentan en el Parlamento Regional. Y que entiendan de una vez que el medio ambiente no es una «maría» que sólo hay que atender cuando hay un problema. Sino que es algo que hay que gestionar adecuadamente todo los días y sobre lo que se puede fomentar un modelo de desarrollo de verdad sostenible y generador de empleo.