• Las comunidades autónomas tienden a favorecer la subcontratación a empresas de catering frente a la gestión directa por parte de las comunidades escolares.
  • El modelo actual repercute en la calidad nutricional de la comida servida en los comedores escolares, con una escasa proporción de verduras, exceso de proteína animal y abuso de frituras.

La compleja normativa sobre comedores escolares en España favorece la subcontratación a empresas de catering y dificulta la adopción de alternativas ecológicas y de proximidad, concluye el informe ‘La Alimentación escolar en España. Hacia un modelo más saludable y sostenible’, dirigido por la asociación Del Campo al Cole [1], documentado por el colectivo Carro de Combate [2] y apoyado por Ecologistas en Acción.

A pesar de que el marco regulatorio nacional establece varios tipos de gestión, incluida la gestión por parte de los propios centros escolares, las legislaciones adoptadas por las diferentes comunidades autónomas tienden a dar prioridad a la subcontratación con empresas externas. En este sentido, según datos del Ministerio de Sanidad, el 61% de los centros disponen de un servicio de comedor subcontratado con una empresa externa. Además, la legislación favorece a menudo la contratación de grandes empresas, lo que ha llevado a la concentración del sector en unas pocas empresas.

Tanto para Ecologistas en Acción como para las organizaciones autoras del informe este modelo tiene claras repercusiones sobre la comida que se sirve en los comedores escolares. Así, el estudio concluye que buena parte de los menús analizados no siguen las recomendaciones recogidas en el documento de consenso para la alimentación en centros educativos, elaborado por expertos bajo encargo de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) o por publicaciones similares realizadas por las propias comunidades autónomas. De este modo, en los menús destaca la escasa proporción de verduras, a pesar de las recomendaciones para hacer de los vegetales un elemento fundamental de los menús, el exceso de proteína animal y el abuso de frituras.

La normativa dificulta además la adopción de iniciativas ecológicas y de proximidad. Si bien, según apunta el Ministerio de Agricultura, las cocinas in situ siguen siendo mayoritarias, la tendencia es a desmantelarlas para instalar cocinas centrales desde las que luego se reparte la comida ya preparada. La administración central, por otra parte, no ha fomentado dichas iniciativas y ha dejado fuera el sector de la restauración y el catering de su Plan de Contratación Pública Verde del año 2008. La Unión Europea tampoco ha avanzado durante los últimos años en una serie de recomendaciones para la compra pública responsable en el sector de la restauración y el catering.

Estas tendencias en el sector han llevado a muchos padres y a muchas madres en España a iniciar una batalla por recuperar la gestión de los comedores escolares, con el objetivo de controlar mejor lo que se sirve y, en muchos casos aunque no en todos, por introducir principios éticos y medioambientales en la selección de productos utilizados. Esta pugna ha sido apoyada por la constitución de la Plataforma de Comedores Responsables, de la que forman parte la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA), Ecologistas en Acción y VSF Justicia Alimentaria Global. En el Informe se recoge el manifiesto y decálogo de esta plataforma, con recomendaciones y peticiones a las autoridades competentes.

[1] Del Campo al Cole es una asociación sin ánimo de lucro que realiza campañas de sensibilización e incidencia política sobre alimentación escolar sostenible. Además asesora a centros escolares sobre introducción de menús agroecológicos y lidera un proyecto de distribución de alimentos de cercanía y temporada en centros escolares de Madrid.

[2] Carro de Combate es un proyecto periodístico que investiga sobre el origen de los productos y las condiciones laborales en las que son fabricados, a fin de visibilizar los impactos sociales y ambientales de las mercancías que consumimos, así como indagar en las alternativas al alcance de un consumidor crítico y solidario.