Un año más, el Ayuntamiento de Tomelloso organiza este fin de semana una nueva edición del mercado medieval en el Parque de la Constitución. Uno de sus reclamos es un puesto con aves de presa y otro de reptiles tropicales. Aunque se traten de actividades legales, el Ayuntamiento de Tomelloso vuelve a incurrir en el error de invitar a una promotora que se apoya en la explotación de la fauna salvaje y en la difusión de actitudes nada pedagógicas para hacer negocio.

El buen momento de los mercados medievales y eventos con pretensiones dudosamente culturales está suponiendo la penetración social y cierta justificación de la cetrería, rechazada categóricamente por las asociaciones ecologistas y de defensa de los animales.

La captura, cría, tenencia en cautividad y exhibición de rapaces es sostenida a menudo por el tráfico ilegal, que llega a afectar a poblaciones silvestres amenazadas. Del mismo modo, su ciclo biológico y comportamiento resultan gravemente trastocados al ser obligadas a vivir en cautividad, a la falta de espacio, al estrés provocado en el transporte y en la exposición diurna (presencia continua de gente, flashes, ruidos), a una deficiente alimentación o a una insuficiente actividad física.

En contra de los mensajes de quienes defienden su presencia, nos encontramos ante atracciones alejadas de la cultura científica y ambiental, pues fomentan la posesión caprichosa y egoísta de unas criaturas nacidas para vivir en libertad, algunas de cuyas especies son un fiel símbolo de la lucha por la conservación. Deformar su condición, dignidad y función ecológica es un retroceso intolerable, más si es amparado por las administraciones públicas.

Al dudoso buen gusto del Ayuntamiento de Tomelloso en su apoyo a ferias que
legitiman el expolio de la fauna salvaje y que por otra parte no aportan nada a la
interpretación y conocimiento de nuestra historia, consistiendo básicamente en la
venta de chucherías y baratijas- hay que añadir el escaso celo en la comprobación de las autorizaciones de los expositores de animales.

Ecologistas en Acción ha solicitado al Seprona una minuciosa inspección que verifique la legalidad de estos puestos, especialmente en lo que se refiere a permisos de importación y Certificados CITES (que regula el comercio internacional de especies amenazadas), a la licencia de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de exposición pública de especies silvestres en ferias y jornadas medievales, a la posesión de carnets de cetrería, y a cualquier otra documentación que acredite la procedencia legal de los animales, así como a su correcta atención veterinaria y nutricional.