• Se cumplen 31 años del accidente de Chernóbil, que recuerda los enormes riesgos de la energía nuclear, de los que no están exentos las centrales españolas.
  • Ecologistas en Acción afirma que alargar la vida de las centrales nucleares por encima de su diseño implica aumentar ese riesgo, por lo que insta al cierre nuclear.

Hace 31 años el accidente de Chernóbil puso de manifiesto el enorme riesgo de mantener las centrales nucleares en funcionamiento y mostró que los efectos de un posible accidente superan las fronteras y se extienden a varios países. De hecho, la nube radiactiva recorrió la mayor parte de Europa y afectó principalmente a Bielorrusia y Rusia, además de a Ucrania.

El número de víctimas de la radiación, especialmente entre los liquidadores que lucharon contra el accidente, se acerca a 200.000 según la Academia de Ciencias Rusa. La situación de riesgo en la central se había incrementado por el mal estado del sarcófago que se construyó de forma apresurada tras el accidente y que sufrió derrumbes en 2014 y 2015. Dado el estado del núcleo del reactor, que se encuentra fundido y no puede desmantelarse, se ha instalado un nuevo sarcófago de dimensiones colosales fabricado por la compañía francesa Areva, que de esta manera también se beneficiaría de la catástrofe.

La única forma de evitar futuros accidentes como los de Chernóbil o Fukushima es proceder al cierre de centrales nucleares lo antes posible. Los próximos años serán fundamentales en el contexto de la península ibérica, ya que escalonadamente las distintas centrales nucleares irán pidiendo la renovación de sus permisos con el objetivo de alargar 20 años por encima de su vida de diseño. Una prolongación que no haría más que incrementar el riesgo a un accidente nuclear y generar miles de toneladas de residuos radiactivos que se deberán gestionar durante cientos de miles de años.

Ecologistas en Acción manifestará alto y claro el próximo 10 de junio en Madrid que ha llegado la hora de no renovar ni un permiso de funcionamiento más procediendo a un cierre nuclear que impulse la transición a un sistema 100 % renovable.

El recuerdo a Chernóbil estará presente el 26 de abril en las calles de varias ciudades, donde activistas antinucleares mostrarán su solidaridad con las víctimas que siguen sufriendo a día de hoy las consecuencias de la catástrofe. En estas acciones y concentraciones se pedirá el cierre definitivo de la energía nuclear.

Por último, Ecologistas en Acción propone a la ciudadanía que tome las medidas que permitan acometer este cierre procediendo a “desenchufarse» de la energía nuclear. La propuesta de esta campaña es que usuarios y usuarias acometan las medidas que permitan disminuir el consumo doméstico. Medidas desde el ahorro y la eficiencia sencillas, especialmente el cambio de las comercializadoras de electricidad convencionales por las comercializadoras que venden energía de origen renovable certificada.