Los grupos ecologistas de la Red Ambientalista Segoviana (RAS) se reunieron este fin de semana en Cuellar para denunciar los problemas ambientales más graves que amenazan a la provincia de Segovia. Entre ellos la ampliación de la Carretera de Campo Azálvaro, la incineradora de Aldeanueva del Codonal, las balsas de purines, como la de Losana de Pirón, la recarga de El Carracillo, la construcción de nuevas presas y la urbanización de Gamones en el Parque Natural de la Sierra de Guadarrama.

Este fin de semana se ha celebrado en Cuellar, Segovia, la reunión de la Red Ambientalista Segoviana cuando se cumple un año de su creación.

La Red Ambientalista Segoviana está formada por diversos grupos ambientalistas de la provincia que han decido unir fuerzas en la defensa del medio ambiente. Estos colectivos son entre otros El Espadañal (Cuellar), Asociación de Vecinos y Amigos de Ventosilla y Tejadilla, Centaurea (El Espinar), Asociación Cega, Plataforma No Más Mierda (Fuentepelayo), Red de Semillas de Segovia, Terractua y Ecologistas en Acción de Segovia.

El sábado los representantes de estas organizaciones debatieron sobre diversos asuntos como la ocupación del suelo rústico, la contaminación por nitratos de los acuíferos, la ampliación de las granjas de cerdos, la instalación de plantas de residuos o la sobreexplotación de acuíferos, entre otros.

Desde el grupo ecologista Centaurea se manifestó la preocupación por la ampliación de la carretera de Campo Azálvaro, en El Espinar, a la se opone la Red Ambientalista Segoviana debido al grave impacto. También porque existen ya dos vías de comunicación rápidas con Ávila. En este mismo municipio se pretende transformar en Posada Real la antigua casa forestal, en el corazón del pinar, a lo que la RAS se opone por su grave impacto en una zona protegida.

Por otra parte, desde Terractúa se informó de la lucha que están llevando los vecinos de Aldeanueva del Codonal contra la planta de compostaje que se quiere implantar en suelo rústico protegido junto al río Voltoya con una declaración de impacto ambiental realizada con posterioridad a la autorización de uso y sin estudio de alternativas que no pongan en peligro las aguas.

Ecologistas en Acción de Segovia respaldó todas estas reivindicaciones de estos grupos ambientales y puso de manifiesto su lucha en la defensa del suelo rústico. Por ello Ecologistas en Acción se opone ante los tribunales de Justicia a la construcción de una urbanización en el paraje de Gamones, entre Palazuelos de Eresma y la Granja de San Ildefonso, por encontrarse en el parque natural de la Sierra de Guadarrama. Los ecologistas también manifiestan su preocupación por el uso del agua en la provincia, en concreto en el río Cega y Eresma y la política que está impulsando Confederación Hidrográfica del Duero. Esta Administración pretende impulsar la construcción de varias presas en Segovia, como la del río Ciguiñuela y la de Lastras de Cuéllar, con un grave impacto ambiental. Ésta última alteraría gravemente el ecosistema del río Cega, uno de los menos alterados de la provincia

La RAS también manifiesta su preocupación por la proliferación de balsas de purines, como la ampliada en la colindancia con el pueblo de Losana de Pirón, y junto a un arroyo, denunciada con vigor por sus habitantes. Desde la RAS se pide la no ampliación de la cabaña de cerdos en la provincia de Segovia, actualmente la segunda con más cerdos en el Estado español.

La recarga del Carracillo

Por otro parte, todos los grupos ambientalistas que componen la RAS manifiestan su preocupación por la recarga en la comarca El Carracillo, que afecta sobre todo a los municipios cercanos a Cuellar.

Este trasvase de agua desde el Río Cega para inyectarlo en una supuesta bolsa de agua en el subsuelo, hoy sobreexplotada, está ya teniendo consecuencias nefastas no sólo a nivel ecológico, también a nivel social y económico. En este sentido, los portavoces de El Espadañal explicaron que la recarga de El Carracillo se proyectó como solución a la sobreexplotación del acuífero y se impulsa una agricultura intensiva insostenible en esta zona.

Durante los 15 años que lleva en ejecución la recarga de El Carracillo, ya se han hecho dos fases de recarga y está prevista ahora la tercera que utilizaría un zona de un pinar del municipio de Gomezserrazín para inyectar el agua.

La tercera fase de la recarga de El Carracillo contempla la utilización del pinar de Gomezserracín como almacenamiento o “lugar de ensayo” para empapar el pinar durante seis meses y luego ‘estrujarlo’ a modo de esponja con consecuencias impredecibles para el entorno. Es decir, se va a inyectar siete hectómetros cúbicos anuales de agua procedente del Cega en el subsuelo, lo que puede provocar una transformación negativa de los acuíferos.

Desde la Red Ambientalista Segoviana se pide que el acuífero, o la supuesta cubeta y zona almacén, de existir tal cual describe el proyecto de la recarga, debería reservarse como agua pura y natural, destinada al abastecimiento de todos los municipios la comarca. Además, teniendo en cuenta el peligro de contaminación al utilizar el acuífero como almacén.

Desde la RAS se llama la atención sobre la sobreexplotación del acuífero, que unido a los altos índices de contaminación por lixiviados en la agricultura extensiva que se practica, aumentaría la contaminación ya existente de las aguas, muchas ya colapsadas por los purines de los cerdos, altos niveles de nitratos, arsénico, fósforo, entre otros contaminantes.

La Ras denuncia que la Junta autoriza esta recarga de El Carracillo ocasionando un grave impacto no sólo ante la falta de agua para las poblaciones, sino que esto tendrá graves consecuencias ambientales, sociales y económicas. Así mismo, la recarga de El Carracillo tiene una dudosa viabilidad técnico-científica.

Todas las organizaciones ambientalistas que componen la RAS manifestaron este fin de semana su preocupación por el futuro de medio rural que está en cuidar sus recursos, sobre todo el agua y el suelo y denuncian que actualmente la Junta de Castilla y León, y la Confederación Hidrográfica del Duero anteponen la sobreexplotación del agua en interés de unos pocos a la necesidades de la ciudadanía de acceso a un recurso básico como es el agua. Por ello, la RAS se opone a la recarga de El Carracillo.