Ecologistas en Acción de Huelva hace pública un año más la concesión del distintivo «Banderas Negras», a la par que lo hacen también el conjunto de las federaciones de Ecologistas en Acción, queriendo contribuir de esta manera a la recuperación y conservación de las cualidades naturales de nuestro litoral.

La campaña, nacida en 1999, es una denuncia pública de aquellas playas o tramos de litoral que sufren vertidos contaminantes, agresiones urbanísticas o cualquiera otra actuación que ocasione una pérdida de calidad ambiental del litoral.

Las dos calificaciones negativas otorgadas son:

Bandera Negra: Impactos de mayor gravedad (vertidos contaminantes y/o agresiones urbanísticas). En este período hemos otorgado 5 banderas negras.

Punto Negro: Impactos significativos, pero de menor gravedad. En este período hemos otorgado 18 puntos negros.

El conjunto de banderas negras que concedimos el año 2016 (Isla Canela, El Portil, Ría de Huelva, Punta Umbría, Matalascañas) se mantienen en este 2017, igual que las causas sobre las que se concedieron.

También permanecen la mayoría de los puntos negros y aparecen algunos nuevos, relacionados sobre todo con el despilfarro de dinero público en tirar arena al mar, a la par que se construyen con materiales inadecuados grandes chiringuitos sobre frágiles zonas dunares o playas. Sigue resultando merecedora de bandera negra la opacidad y falta de transparencia de la Junta de Andalucía que impide el acceso a las analíticas públicas de las depuradoras, aunque observamos y sabemos del inadecuado o nulo funcionamiento de algunas de ellas, situadas en espacios especialmente sensibles. Como hemos remarcado en otras ocasiones, a pesar de que en nuestro litoral, las intensas corrientes y mareas reducen los riesgos sanitarios, hay que empezar a considerar y estudiar los efectos de la contaminación orgánica sobre los ecosistemas marinos y marismeños de cuya gran biodiversidad dependen los recursos pesqueros y la pervivencia de numerosas especies marinas.

La situación de los residuos industriales, que se acumulan en las marismas del Tinto en gigantescas cantidades, reflejan la situación dramática de la Ría de Huelva, que además se ha visto afectada por un nuevo vertido de aguas contaminadas procedentes de la antigua corta minera de La Zarza. El vertido pone en evidencia una vez más la inacción de la Junta de Andalucía en la recuperación de ríos contaminados como el Odiel, cuyas aguas ácidas siguen contaminando los sedimentos de su desembocadura, en confluencia con las marismas del río Tinto y sus balsas de fosfoyesos.

En cuanto al estado de las playas, las mareas y los temporales de invierno siguen dejando al descubierto las consecuencias de la privatización de zonas de dominio público, en beneficio de ocupaciones eternas por construcciones residenciales. Sobre las playas y hasta encima del agua, chiringuitos inmensos, con estructuras estables y autorizadas a destajo por los Ayuntamientos y la Delegación Provincial de la Consejería de Medio Ambiente, son un elemento de presión constante para tirar dinero público al mar en continuas realimentaciones de arena, que solo sirven para el maquillaje previo a los periodos vacacionales de primavera. A pesar de las limitaciones legales, se aborda incluso la construcción de instalaciones sobredimensionadas que, en el mejor de los casos, se paralizan cuando hay protesta ciudadana, pero tras haber dejado impactos ambientales y residuos producidos por sus estructuras.

Ecologistas en Acción reitera su llamamiento a los ciudadanos y ciudadanas que visitan y usan las maravillosas playas naturales que todavía quedan en nuestro litoral para que exijan de las instituciones responsables el respeto a estos maravillosos parajes. Hay que recordar que la sostenibilidad conlleva un uso y disfrute individual y colectivo de los recursos naturales guiado por el respeto a nuestro entorno, garantizando también su uso y disfrute para futuras generaciones.