Ecologistas en Acción hace un llamamiento a las vecinas y vecinos del barrio a mirar sin prejuicios esta medida, que sin duda redundará en una mejora de su calidad de vida, así como la mejora de la actividad local y cotidiana del barrio. No es un argumento válido la perdida de plazas de estacionamiento, ya que otras medidas en el mismo barrio, destinadas al calmado del tráfico, compensarían la perdida de estacionamiento residencial. Y sin embargo se ayudará en el objetivo de conseguir una ciudad más amable con peatones y vecindario, fomentando los espacios comunes, a la vez que se promueve el uso del transporte público, la bicicleta y sobre todo los desplazamientos a pie.
La organización ecologista considera que siendo esta una experiencia piloto, con medidas físicas removibles, resulta imprescindible respetar el tiempo de prueba de la actuación para valorar su idoneidad o necesidad de modificación, siempre en colaboración con las vecinas y vecinos. Al tratarse de una prueba, habrá muchas cosas que corregir y errores de los que aprender, pero de su éxito depende la puesta en práctica de medidas similares en otras zonas de Chamberí, incluso en otros distritos.
La experiencia demuestra que actuaciones similares en otras zonas de Madrid, como la calle Fuencarral, Preciados o en el barrio de las Letras, siempre han contado con una oposición inicial de colectivos que anunciaban el caos de la circulación y otros problemas, pero el tiempo ha puesto las cosas en su sitio y hoy sería impensable volver atrás y perder estos espacios liberados de tráfico motorizado.
Para Ecologistas en Acción, si la mayor parte de los técnicos más prestigiosos en movilidad auguran para un futuro próximo unas ciudades con mucho menos tráfico motorizado privado, resulta lógico que se vayan tomando medidas graduales y paulatinas encaminadas a lograr, más pronto que tarde, este objetivo. Ayudará, también, a cumplir la legislación de calidad del aire, algo que ahora mismo no ocurre por el exceso de tráfico que sufre nuestra ciudad.