El Gasoducto transadriático forma parte del “Corredor Meridional de Gas”, una cadena de mega-gasoductos propuestos que transportarán miles de millones de metros cúbicos de gas desde Azerbaiyán a Europa cada año.

Ahora que Trump está retirando a EE UU del acuerdo de Paris, es crucial que Europa muestre un liderazgo climático real. Este gasoducto destruiría los objetivos climáticos de Europa, desviaría miles de millones en financiación de la energía renovable y aumentaría la dependencia en los combustibles fósiles de Azerbaiyán, un régimen opresor. Por no hablar de los impactos destructivos e injustos que dejaría en las comunidades que se encuentran en su camino.

Pero sin el apoyo de las inversiones europeas, este gasoducto no puede seguir adelante

Carta abierta a la Comisión Europea y a los bancos públicos europeos (EIB y EBRD por sus siglas en inglés):

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Por qué Europa debe desconectar el gas TAP

Estimado Maroš Šefčovič, vicepresidente de la Comisión Europea para la Unión Energética. Werner Hoyer, presidente del Banco Europeo de Inversiones, y Suma Chakrabarti, Presidente del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo.

Hacemos un llamamiento a la Comisión Europea para que retire su apoyo al Gasoducto transadriático (TAP por sus siglas en inglés) de 878 kilómetros, y para que los bancos financiados con el dinero de los contribuyentes se nieguen a darle dinero.

El TAP es el tramo oeste de la cadena de gasoductos propuestos conocida como el Corredor Meridional de Gas. Programados para estar operativos en 2020, estos gasoductos transportarían 10.000 millones de metros cúbicos de gas desde Azerbaiyán a Europa, y 6.000 millones de metros cúbicos a Turquía, cada año. Este gasoducto destruiría los objetivos climáticos de Europa, aumentaría la dependencia energética de regímenes políticos opresores1, desviaría miles de millones en financiación de soluciones democráticas de energía renovable y tendría un impacto inaceptable sobre las comunidades que se encuentran en su camino.

Simplemente las implicaciones climáticas ya muestran que el TAP no debe seguir adelante. Los planes para el gasoducto fueron diseñados antes de que el Acuerdo de París fuera firmado. En lugar de reducir las emisiones rápidamente, como exige el Acuerdo de París, el TAP encadenará a Europa a los combustibles fósiles durante décadas. Dado que las operaciones de combustibles fósiles existentes ya han sobrepasado 2 el presupuesto de carbono que quedaba para evitar cambios catastróficos e irreversibles sobre nuestro clima, no hay justificación para nuevas infraestructuras de combustibles fósiles, especialmente de la magnitud del Corredor Meridional de Gas.

La misma Comisión Europea admite que no ha evaluado los impactos climáticos del gasoducto. La única acción sensata sería congelar el apoyo de la Comisión Europea al Gasoducto transadriático (TAP) y a otras secciones del Corredor Meridional de Gas inmediatamente. Es el momento de que los funcionarios públicos hagan honor a sus promesas climáticas con acciones apropiadas que sigan la linea marcada por el Acuerdo de París y la justicia climática.

Este gasoducto no puede ser construido sin financiación bancaria, por lo que hacemos un llamamiento a los bancos financiados con dinero de los contribuyentes que están considerando invertir en él — el Banco Europeo de Inversiones (EIB Por sus siglas en inglés) y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (EBRD por sus siglas en inglés) — para que no se involucren. Esta claro que este gasoducto es innecesario para nuestro suministro energético, ya que el análisis llevado a cabo por la Comisión Europea muestra expectativas de reducción de la demanda de gas en la región4. Las inversiones en el Gasoducto transadriático no solo van en contra del interés público, también corren el riesgo de convertirse rápidamente en activos bloqueados.

El EIB y el EBRD también son socios oficiales de la Iniciativa para la transparencia de las industrias extractivas, creada para promocionar la transparencia y la buena gestión de las industrias de petroleo, gas y minería. En marzo, Azerbaiyán abandonó esta iniciativa de transparencia tras ser suspendida debido a preocupaciones sobre las libertades de la sociedad civil y los derechos humanos en el país – otra razón más por la que sería inapropiado que el EIB y el EBRD financien este proyecto.

El TAP también tendría unos impactos injustos sobre varias comunidades que se encuentran en su camino, incluyendo Albania, Grecia e Italia. En Melendugno, el punto final del gasoducto en Italia, el ‘Comité no TAP’ tiene claro que se trata de un proyecto antidemocrático, impuesto por el gobierno nacional y que causará grandes daños económicos y medioambientales irreparables en el área local. Su preocupación sobre los impactos en el turismo, la calidad del agua y el sustento de las personas que viven de la industria del cultivo de aceitunas está justificada. Cuando las obras de construcción comenzaron a arrancar cientos de olivos ancestrales para dejar paso al gasoducto, un movimiento popular de miles de personas organizaron acciones no violentas diarias para detener la operación, atrayendo la atención de los medios italianos. El gran tamaño de las protestas, así como las barricadas de piedras bloqueando el acceso al lugar, fueron suficientes para suspender los trabajos indefinidamente. Si la construcción continúa, es razonable esperar más acciones de resistencia comunitaria similares, ya que la gente quiere defender sus derechos, su sustento y el paisaje local.

Nosotros, los firmantes del documento, hacemos un llamamiento para la inmediata suspensión de todos los trabajos asociados con el TAP y el Corredor Meridional de Gas. Instamos a la Comisión Europea a que reconsidere su apoyo al gasoducto, y hacemos un llamamiento al EIB y el EBRD para que no inviertan fondos públicos en este proyecto innecesario, injusto y económicamente imprudente.