La campaña, nacida en 1999, es una denuncia pública de aquellas playas o tramos de litoral que sufren vertidos contaminantes, agresiones urbanísticas o cualquier otra actuación que ocasione una pérdida de calidad ambiental del litoral.

Los objetivos de “Banderas Negras” son:

Dar una información rigurosa a los andaluces, y a todos los usuarios de las playas, del estado ecológico en que se encuentran éstas.

Requerir a Ayuntamientos, resto de las Administraciones y a empresas, para que contribuyan al saneamiento de las playas y pongan fin a la degradación ambiental del litoral.

Las dos calificaciones negativas otorgadas son:

Bandera Negra: Impactos de mayor gravedad (vertidos contaminantes y/o agresiones urbanísticas). En este período hemos otorgado 10 banderas negras.

Punto Negro: Impactos significativos, pero de menor gravedad. En este período hemos otorgado 13 puntos negros.

Un año más la Federación Malagueña de Ecologistas en Acción se une a Andalucía para realizar una radiografía del litoral malagueño. Lamentablemente, la provincia no tiene prácticamente novedades positivas. Las tendencias observadas en las últimas décadas en el litoral malagueño no difieren sustancialmente de las que se registra en esta edición. Esta problemática general tiene diferente intensidad y especificidad, dependiendo de las características de los ecosistemas y la concentración de las diferentes presiones antrópicas (grado de urbanización, ausencia de sistemas de depuración, introducción de plantas alóctonas, litoralización, etc).

Igualmente, es desolador que no aprendamos a respetar el litoral y la Administración siga planteando proyectos que van a degradar más aún el territorio, como la prolongación del paseo marítimo, la construcción de la última zona virgen del litoral malagueño en la desembocadura del Guadalhorce o la construcción de espigones para intentar detener las envestidas de los temporales que cada vez son más asiduos y fuertes. En este sentido, el litoral malagueño sigue con los problemas de ocupación que arrastra desde los años 70. Los ecosistemas litorales se encuentran cada vez más mermados, en especial el submarino. La línea de costa es inexistente. Además de las agresiones urbanísticas antiguas, tenemos puntos conflictivos de nuevas urbanizaciones y creación de espigones.

Además, de los puntos específicos que a continuación vamos a nombrar, el litoral malagueño tiene un gran problema con la arena, ya que anualmente tras los temporales de otoño e invierno son renovadas con arenas provenientes de dragados, ríos y canteras. Este año ha sido el peor temporal desde 1995 que ha provocado cuantiosos daños en todo el litoral de la provincia con la consiguiente desaparición de la costa y la arena.

De ese modo ha dado luz verde un año más a la realimentación de las playas, lo que ha supuesto un desembolso de 4,3 millones de euros. Una vez más, denunciamos que se trata de un despilfarro al tratarse de una actuación efímera, inútil, con fecha de caducidad, dilapidadora de recursos públicos y que derrocha inaceptablemente recursos económicos que deberían ser destinados a cubrir carencias sociales.