Solicitan que las subvenciones para prevención de incendios no se malgasten en cortafuegos lineales y se empleen para diversificar las masas, generando grandes áreas de retención de incendios.

La Consejería de Medio Ambiente está desarrollando las bases para las subvenciones de actuaciones de prevención de incendios forestales; en estas bases se prioriza la implantación y mantenimiento de cortafuegos lineales en las fincas.

Para Ecologistas en Acción de Andalucía no hay justificación para que el dinero público se invierta en actuaciones de cortafuegos lineales interiores, que no cumplen el objetivo de la medida ya que, en lugar de suponer el desarrollo de las zonas forestales garantizando la viabilidad de los bosques, supone incidir en prácticas que han demostrado su ineficacia como elementos de prevención y que son perjudiciales para la conservación del monte, generando discontinuidad paisajística y provocando fenómenos erosivos que favorecen la desertización y escasa mano de obra.

Sabemos que no hay nada de preventivo frente a los incendios forestales en cuadricular el monte, fragmentar y deteriorar el paisaje y eliminar miles de hectáreas de masa vegetal de forma caprichosa y aleatoria, mediante centenares de miles de kilómetros de líneas cortafuegos que cuando llega el momento no paran el avance del fuego, ya que está más que comprobado que en cada fuego se generan millares de partículas ardiendo en suspensión que saltan estas infraestructuras haciéndolas inútiles para la detención del fuego.

Resulta sorprendente que la propia Junta de Andalucía esté abandonando esta práctica en las fincas públicas y las promueva en las privadas mediante su subvención con dinero europeo en lo que parece un despilfarro premeditado del dinero de la U.E. y un atentado a la conservación del bosque andaluz para contentar a unos pocos propietarios.

El único objetivo que parece satisfacer la propuesta de subvenciones es contentar a grandes propietarios de masas forestales, que en buena parte se destinan a la caza industrial, facilitándoles con dinero público el acondicionamiento de la finca para mejorar los accesos a los puestos de caza, revalorizando la actividad y la propiedad.

Debemos acabar con prácticas obsoletas y potenciar mediante la planificación, con criterios técnicos, qué medidas son imprescindibles para mantener las infraestructuras de extinción necesarias y potenciar las actuaciones de prevención más eficaces teniendo como criterio los beneficios socioambientales de la actuación a subvencionar, en este sentido se propone que la subvención se centre en actuaciones de diversificación de la masa forestal introduciendo grandes áreas en mosaico, de bajo nivel de combustible mediante la eliminación de especies pirófitas y su sustitución progresiva por especies autóctonas resistentes al fuego, preferentemente con pastoreo, para el control de las áreas cortafuego, manteniendo únicamente la subvención para las fajas de protección de caminos que faciliten el acceso de los medios de extinción a los puntos de control del posible incendio.

Otras alegaciones van en el sentido de mejorar las infraestructuras para incrementar la biodiversidad. Así, actuaciones subvencionables como las pantanetas, no deben limitar su función a meros contenedores de agua sino que deben ser láminas de agua que favorezcan la diversidad natural de la finca.

La gestión forestal no puede limitarse al trasvase de fondos públicos a la propiedad privada sin más, costeando actuaciones de dudoso valor socioambiental, mientras se renuncia a la intervención sobre el conjunto del territorio forestal mediante la correspondiente planificación ajustada al actual nivel de conocimientos sobre la materia, dando continuidad al desaparecido Plan Forestal Andaluz que supuso un hito revolucionario en la política forestal y que ha sido borrado como eje central de la política forestal de la Junta.