Esta ‘autopista eléctrica» generará graves daños sociales y ambientales.

Ecologistas en Acción del Cinca. Revista El Ecologista nº 71.

Recientemente se ha reeditado un proyecto que genera un amplio rechazo: la línea de alta tensión Peñalba-Monzón-Isona. La calidad ambiental de los espacios que atravesaría, junto a la cantidad de especies protegidas afectadas, provoca una gran preocupación. Sin olvidar las afecciones directas a la salud de los habitantes de los pueblos de la zona.

El proyecto de línea de alta tensión de 400 kV Peñalba-Monzón (Arnero)-Isona es una vieja pretensión de Red Eléctrica Española (REE), que resucitando los antiguos proyectos de líneas Aragón-Cazaril y Graus-Sallente pretende construir una autopista eléctrica, aprovechando parte de los apoyos que instaló a principios de los 90.

El trazado, en dirección norte, cruza los Monegros oscenses y las Sierras de Sigena y Alcubierre, sigue paralelo al río Cinca en su margen derecha cruzándolo en Monzón y atraviesa las sierras de la Carrodilla y la del Castillo de Laguarres, ya en el Prepirineo de Huesca, donde gira al este cruzando el río Isábena y el Noguera Ribagorzana para adentrarse en la provincia de Lleida, entre las Sierras de Gurp y el Montsec, y llegar hasta Isona donde enlaza con la línea de 400 kV de Sentmenat-Sallente [1].

Los habitantes de las zonas afectadas llevan más de veinte años luchando contra los diversos proyectos de líneas de alta tensión que ha ido presentando REE y se han organizado en una Plataforma [2] que se opone a este proyecto, conjuntamente con la mayoría de los ayuntamientos atravesados por la línea. Se han presentado más de 2.000 alegaciones demandando que se retire el proyecto y que la Declaración de Impacto Ambiental sea negativa.

Una evaluación de impacto que vulnera la legislación

El Estudio de Impacto Ambiental presentado por REE vulnera la legislación vigente pues no evalúa de forma apropiada los efectos directos e indirectos de este proyecto al limitar el estudio de las afecciones a una estrecha franja a ambos lados de la línea y obviar los impactos producidos en los espacios de la Red Natura próximos y sobre las aves que protegen. Así, en la zona que atravesaría la línea están el LIC Sierras de Alcubierre y Sigena, la ZEPA Sierra de Alcubierre (a 500 m del tendido) y la ZEPA El Basal y las Menorcas (a 2 km). Es decir, hablamos de un área con gran abundancia de aves catalogadas por su delicada situación.

También están los casos de las sierras de la Carrodilla o la del Castillo de Laguarres, donde el tendido cruza zonas de nidificación de especies en peligro de extinción. Del mismo modo, en el lado catalán existe una estrecha relación entre las rapaces de los LIC-ZEPA de las Sierras de Sant Gervás, Montsec y Boumort. Los estudios de impacto ambiental presentados solo describen los espacios sin citar los impactos que se producirán a las aves que motivaron su designación, aves que se desplazan entre los mismos para alimentarse o de vuelta a las zonas de reposo o nidificación.

La presentación del estudio en fase de anteproyecto también vulnera la legislación, pues impide concretar aspectos que producirán impactos importantes, como la distribución de apoyos y los efectos derivados de los mismos: construcción de accesos, desmontes y talas de vegetación para el izado de torres, afecciones a hábitats de la red Natura 2000 y especies catalogadas. Otro aspecto a destacar es la división del trazado en tres documentos distintos. Esta estrategia permite dividir las afecciones de una infraestructura que es única, devaluando su evaluación ambiental.

En el estudio de alternativas se prioriza la utilización de los apoyos de la antigua línea Aragón-Cazaril sobre cualquier otra consideración, por lo que no se presentan alternativas en tramos donde se producen importantes impactos ambientales, como en las zonas donde atraviesa áreas críticas de quebrantahuesos o de cernícalo primilla, o en lugares de nidificación de águila-azor perdicera. Cuando se presentan estas alternativas, luego se escoge la opción que permite usar las torres existentes, obviando las opciones que evitan cruzar espacios de la red Natura 2000 o afectar a zonas sensibles para la avifauna.

Tampoco se estudian los efectos acumulativos con otras infraestructuras, como los que se producirían en el cruce del río Cinca –donde la línea se sumaría a otras 8 que cruzan en un tramo de 4 kilómetros– y que suponen un grave impacto para los flujos migratorios o desplazamientos de las aves.

Afecciones sociales

En relación a la contaminación electromagnética, los estudios más recientes, entre otros los del Ministerio de Sanidad y Consumo [3] o una reciente Resolución del Parlamento Europeo [4], aconsejan limitar las exposiciones a los campos electromagnéticos que generan las líneas de alta tensión. Por ello, invocando el principio de precaución, parece razonable que la distancia de la línea de 400 kV a las poblaciones y viviendas habitadas sea de 600-1.000 m, como medida de seguridad. En el caso de esta línea un total de 16 poblaciones se encuentran a menos de 1.000 m del trazado, 3 de ellas a menos de 500 m –además sufrirán una contaminación acústica de 30 dBA de forma continua–, por lo que las afecciones para la salud de los habitantes de estas poblaciones, más los impactos económicos por pérdidas de renta de turismo rural o cultural, hostelería, truficultura y reducción del valor de los terrenos por donde atraviesa la línea, suman unos impactos sociales tremendos.

Daños a la avifauna y a espacios de la Red Natura 2000

La construcción de la línea compromete gravemente la conservación de las aves. Los grupos más afectados por la línea, principalmente por riesgo de colisión en condiciones de luz desfavorable o fuerte viento, o por su tamaño y características de vuelo, son las rapaces, las aves esteparias –sisón, gangas y alcaravanes–, aves de las familias de las anátidas y ardeidas, y cigüeñas y grullas; aunque también afectaría a otras especies más pequeñas como las limícolas de paso en migraciones nocturnas.

El trazado de la misma por áreas muy sensibles para la avifauna, áreas críticas de cernícalo primilla y quebrantahuesos y zonas de nidificación de águila-azor perdicera, milano real y alimoche, provocaría la colisión de estas especies, muchas en peligro de extinción, con los cables de la línea.

La problemática que para la conservación de las aves suponen las líneas de alta tensión queda claramente reflejada en estudios e informes, como el Plan de recuperación del quebrantahuesos [5] donde se señala que “el número de ingresos en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de la Alfranca (Zaragoza) entre 1994 y 2000 sumaron 688 aves colisionadas y 320 electrocutadas. Entre 1980 y el año 2000 se han encontrado heridos o muertos nueve quebrantahuesos en los Pirineos: tres por electrocución y seis por colisión con tendidos eléctricos. Se estima que en los Pirineos mueren por esta causa todos los años entre siete y diez quebrantahuesos. También se estima que entre 1990 y 1998 han muerto un total de 6.000 águilas perdiceras”. De igual forma en un estudio del impacto de las líneas sobre la población de quebrantahuesos [6] se detallan 18 casos de choques o electrocuciones de esta rapaz y se afirma que “la tercera causa de mortalidad no natural del quebrantahuesos en los Pirineos es la colisión y electrocución con tendidos eléctricos”.

Por otro lado, un proyecto LIFE que estudia la adopción de medidas anticolisión [7] muestra que las actuaciones más eficaces aún “conservan una mortalidad final de entre un 30 y un 50% de la mortalidad inicial”. Esto supone que seguirán colisionado cerca de la mitad de aves que lo hacían antes de instalar las medidas anticolisión, algo inasumible ante la delicada situación de muchas especies.

Otro aspecto a destacar es que en los 20 años que llevan instaladas las torres de alta tensión la cigüeña blanca han construido un total de 288 nidos en torres de la línea Aragón-Cazaril, más del 18% de la población total de la provincia de Huesca. Estos nidos serán derribados si se procede a la instalación del tendido. Y las medidas correctoras que se proponen no parecen muy adecuadas, pues se pretende colocar nidos artificiales en las inmediaciones de la línea en el lugar donde más fácilmente se pueden producir colisiones a la entrada y salida de los nidos.

En relación a la Red Natura 2000, el proyecto afecta a 8 espacios sin que se propongan medidas para evitar los impactos que se generan, afectando además a 15 hábitats de interés comunitario (3 prioritarios) y a 150 hectáreas de bosques naturales.

Notas

[1] Un completo informe sobre las afecciones de este proyecto: http://tinyurl.com/c4w8ap5

[2] Plataforma Unitaria Contra la Autopista Eléctrica Monzón-Isona http://autopistaelectricano.blogspot.com/

[3] Marqués, F. y Úbeda, A. (coords) 2003: Evaluación actualizada de los campos electromagnéticos en relación con la salud pública. Subdirección General de Sanidad Ambiental y Salud Laboral. Ministerio de Sanidad y Consumo. http://www.bvsde.paho.org/bvsacd/cd08/camposelec.pdf

[4] Resolución del Parlamento Europeo, 2-4-2009, sobre las consideraciones sanitarias relacionadas con los campos electromagnéticos. http://tinyurl.com/cjtgbva

[5] Gobierno de Aragón, 2003: Plan de Recuperación del Quebrantahuesos. Anexo 1 Decreto 45/2005 por el que se establece un régimen de protección para el quebrantahuesos y se aprueba el Plan de Recuperación.

[6] J.A. Gil, Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, 2009. “Evaluación de riesgos de colisión y electrocución de los tendidos eléctricos de las ZEPA del ámbito de aplicación del plan de recuperación del quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) en Aragón”. Revista Pirineos, 2009, Vol. 164, 165-172. http://www.quebrantahuesos.org/media/uploads/descargas/pdf/pdf_97.pdf

[7] Gobierno de Aragón, 2004. Adecuación de tendidos eléctricos con riesgo para la avifauna en Aragón (Proyecto LIFE04NAT/E/0034). http://tinyurl.com/c2u4mus