Palomares confidential

El accidente nuclear de Palomares, sucedido en 1966, sigue sin resolverse. Aumenta la presión sobre el gobierno español para que reclame a su vez a la administración norteamericana la descontaminación definitiva de esta pedanía de la costa almeriense. El Escarabajo Verde reflexiona sobre las consecuencias del uso de la energía nuclear.

El 17 de enero de 1966 un B-52 de las fuerzas aéreas norteamericanas chocó en el aire con el avión nodriza que le proporcionaba combustible para continuar su ruta. Murieron siete tripulantes y los restos del avión cayeron sobre Palomares, una pedanía de Cuevas de Almanzora, en Almería. Entre ellos había cuatro bombas atómicas de las cuales dos liberaron su carga de plutonio. El accidente se convirtió en un «Broken Arrow» o flecha rota, el nombre que da Estados Unidos a los accidentes nucleares no bélicos.

El Escarabajo Verde ha visitado esta semana Palomares, para conocer de cerca cómo es y dónde está esa contaminación, medio kilo de plutonio que todavía está disperso por el municipio. La situación está más controlada porque el Centro de Investigaciones Energéticas, mediambientales y tecnológicas (Ciemat) ha hecho por primera vez un estudio radiológico completo que les ha permitido vallar las zonas que entrañan riesgo de radiactividad.

El reportaje hace un seguimiento también de todas las gestiones políticas que se están llevando a cabo, y que incluso fueron publicadas en los documentos de Wikileaks, en los que se mostraba cómo el gobierno americano tiene conocimiento de esta asignatura pendiente. El Escarabajo Verde constata que los habitantes de Palomares quieren pasar página, pero que todavía arrastran consecuencias de ese accidente. Un hecho que cobra mayor relevancia después de la catástrofe nuclear que todavía continúa en la central nuclear de Fukushima en Japón.

Un documental de Elisabeth Anglarill
Imagen y sonido: Félix Martín y Alberto Narros
Montaje: Xavi Soler