En el programa oficial de control de residuos de plaguicidas de alimentos, realizado por las autoridades españolas en 2020, se detectaron residuos del plaguicida tiametoxam de baya de goji, producida en China.

El objeto de este programa de control es la seguridad alimentaria y generar la confianza al consumidor sobre que los alimentos que se adquieren no tienen residuos de plaguicidas en cantidades superiores a los límites máximos que la legislación de la Unión Europea (Reglamento CE 396/2005) establece como instrumento de protección a los más vulnerables.

El plaguicida detectado en la muestra de baya de goji cultivada en China contenía cantidades del insecticida neonicotinoide tiametoxam por debajo del límite máximo de residuos de plaguicidas (LMR). Por tanto, este dato considerado de manera aislada no debería generar preocupación.

No obstante, se trata un plaguicida no autorizado en la Unión Europea: El tiametoxam no está autorizado desde el año 2018 (Reglamento de la Comisión Europea 2018/785).

Entonces, ¿cómo es posible que un plaguicida no autorizado pueda estar presente en los alimentos que consumimos?

Esto es debido a que su no autorización (Reglamento CE 1107/2009, relativo a la comercialización de plaguicidas) afecta a su uso en la Unión Europea. Sin embargo, no tiene ningún efecto en lo relativo a su producción, por lo que pueden seguir fabricándose en cualquiera de los Estados miembros y venderse a países no pertenecientes a la Unión Europea.

De esta forma, los plaguicidas no autorizados en la Unión Europea pueden retornar en forma de residuos de plaguicidas a las estanterías de nuestras tiendas de barrio y supermercados sin generar la alarma de las autoridades, siempre y cuando se encuentren en cantidades inferiores a sus respectivos LMR.