Ni la biotecnología, ni la agricultura industrial de gran escala podrán alimentar al mundo, ya que solamente la agricultura a pequeña escala, ecológica y con poca maquinaria, puede realmente hacerlo. Afortunadamente existen indicios de un cambio en esa dirección.

Una iniciativa muy importante, que tal vez no haya tenido la atención que merece, es la técnica de hacer acopio de semillas1. Hace muchos años más de 750.000 pequeños agricultores en India realizaron una marcha contra la OMC y contra la patente de semillas. Desde entonces una gran número de pequeños agricultores indios han vuelto a cultivar las variedades indígenas de secano por métodos tradicionales en Madhya Pradesh2. Vandana Shiva, en Nueva Delhi, ha tenido un papel importante en el movimiento de mujeres campesinas “Navdanya” (Semillas de libertad), guardando y recuperando legumbres secas y cereales autóctonos valiosos que habían sido desplazados y marginados por la «Revolución Verde». En Brasil, cientos de comunidades rurales del nordeste han organizado bancos comunitarios de semillas para recuperar las variedades tradicionales autóctonas y promover el desarrollo agrícola sostenible, con poco o ningún apoyo del gobierno.

El control de las multinacionales amenaza la biodiversidad en la agricultura y el derecho de los agricultores a guardar y vender las semillas, y de sembrar las que eligen. Esto afecta sobre todo a los pequeños campesinos de cultivos ecológicos, que han plantado variedades autóctonas durante cientos y hasta miles de años, cada una de las cuales tiene características especiales adaptadas a las condiciones locales y a los propósitos específicos buscados.

Los movimientos para almacenar las semillas han crecido en todo el mundo y se han extendido a Europa y EE.UU., siendo actualmente más importantes que nunca debido a la reciente fusión de la multinacional de las semillas Cargill con Monsanto, lo que ha aumentado considerablemente su poder. Hoy esta multinacional está en muy buena posición para decidir que solamente las semillas genéticamente modificadas puedan ser utilizadas en el futuro.

Además, las comunidades agrícolas de muchas áreas del Tercer Mundo han estado regenerando y revitalizando las tierras agrícolas degradadas mediante muchas formas de agricultura ecológica sostenible, y recuperando la biodiversidad de la agricultura (la clave para la seguridad alimentaria)3. Desde principios de la década de los noventa un conjunto de organizaciones no gubernamentales han unido fuerzas para formar la Red Latinoamericana de Agroecología y Desarrollo, desde la que se promueven técnicas agroecológicas que estén de acuerdo con la complejidad de los métodos de los cultivos locales. La producción se ha triplicado o cuadruplicado en solamente un año. La implantación a gran escala de la agricultura biodinámica y sostenible está teniendo éxito en Filipinas. Estudios sucesivos han resaltado la productividad y sostenibilidad de la agricultura tradicional del agricultor tanto en el Tercer Mundo como en el Norte.

En 20 países del Tercer Mundo, más de 2 millones de familias están practicando la agricultura sostenible en 4-5 millones de hectáreas, con una produccion de dos a tres veces mayor, igualando o superando a la producción de la agricultura intensiva con agroquímicos, y esto ha sucedido en un lapso de solo 5 a 10 años4. Un retroceso a los esquemas de producción de las corporaciones llevaría nuevamente a esos campesinos a un endeudamiento creciente y a la pobreza, sin mencionar los a menudo irreversibles efectos devastadores sobre las tierras agrícolas y el medio ambiente.

La reciente experiencia de Cuba es muy instructiva5. El bloqueo económico impuesto por Estados Unidos desde la década de los sesenta originó una falta de agroquímicos, haciendo necesario que Cuba se dedicase al cultivo ecológico a gran escala. Decidieron mantener un tercio de los 11 millones de hectáreas para la agricultura con agroquímicos, otro tercio con agricultura enteramente ecológica, y en el resto emplearon una técnica de transición, mitad con agroquímicos y mitad ecológica. La producción por hectárea de la tierra totalmente ecológica es igual a la cultivada con uso de agroquímicos, mientras que la producción de los campos de transición es sólo la mitad. Esta es la evidencia más clara de que la agricultura ecológica puede funcionar a gran escala.

Esta gente entusiasta, viejos o jóvenes, madres o abuelas, estudiantes o científicos, es acusada de “gamberros”, “vándalos” y “terroristas”. A estas alturas, sin embargo, ¿no deberíamos preguntarnos por quiénes son los auténticos terroristas?

Mae-Wan Ho, Profesora de Biología en la Open University, es autora de «Genetic Engineering – Dream or Nightmare? The Brave New World or Bad Science and Big Business», Gateway Books, Bath, 1998.

Referencias

1. Ver Ho, M-W (1998) Genetic Engineering-Dream or Nigthmare? The Brave New World or Bad Science and Big Business, seguna ed., capítulo 9, Gateway Books, Bath, UK

2. Neelithanam, R. Neelithanam, J y Samiti, S.S:(1998) «Return of the Native Seeds». The Ecologist Vol.28 No. 1 pp.29-33.

3. Ho, M-W.(1996). Promesas y Peligros de los Alimentos Genéticamente Modificados. Ho. M-W(1998). Genetic Engineering-Dream or Nigthmare? The Brave New World or Bad Science and Big Business, Capítulo 9, Libros Gateway, Bath.

4. Pretty, 1995.1998 op.cit.15.

5. Vazquez Vega, I.H. (1998). “Situación de la Agricultura Biológica en Cuba”, manuscrito y comunicación personal, Ceremonia de Premios Vida Sana, 9 de junio, Barcelona.