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Carta al Delegado Territorial de Palencia

Matar un lobo y jactarse de ello en posados fotográficos y foros de internet parece un comportamiento inadmisible por parte de trabajadores de la administración pública de servicio. Y más aún cuando se trata de una hembra en periodo de celo y su muerte puede incrementar los riesgos a la ganadería.

Eso es precisamente lo que ha ocurrido con celadores de la Reserva Regional de Caza de Fuentes Carrionas, tal y como se explica en una carta remitida al Delegado Territorial de Palencia. En la carta, firmada por Ecologistas en Acción, la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (ASCEL), Asociación de Naturalistas Palentinos y Lobo Marley, se reclama el inicio de una investigación.

Un celador de uniforme alza orgulloso el cuerpo de la loba muerta mientras un perro olisquea el rastro de sangre en la nieve. Es una de las fotografías aparecidas en un foro de cazadores junto a la crónica pormenorizada de la cacería. “Se apoyó en una piedra y ¡¡punn!! … pero se le quedó bajo. Un poco después la cobré … una loba preciosa y muy grande. Bueno yo acerté en el disparo, pero el cobro fue de todos”, concluye el relato.

El autor de la historia, como los demás celadores de la Reserva Regional de Caza de Fuentes Carrionas, tiene como misión garantizar la gestión y adecuada conservación del espacio, insertado dentro de un Parque Natural.

No hay noticia de ataques o daños relevantes en la zona que justificaran la necesidad de abatir a la loba. Y resulta alarmante que ésta fuera abatida durante el periodo de celo de la especie, algo que incumple la normativa vigente.

La investigación de los hechos es urgente para evitar que algo así vuelva a repetirse. Las organizaciones firmantes reclaman que se esclarezca si la cacería respeta la normativa, si la difusión de fotografías incurre en falta y si es legal la utilización de perros de rastreo. Además piden que se informe del destino de la loba abatida.

La muerte de la loba podría llegar a desestructurar la manada a la que pertenecía, con graves riesgos para la cabaña ganadera del Parque Natural. Estudios científicos recientes demuestran que la ruptura de grupos familiares de lobos hacen más frecuentes e imprevisibles los ataques al ganado.

En la carta se reclama transparencia en la gestión de la reserva de caza palentina, donde ya se han detectado actuaciones irregulares de celadores anteriormente. Y se propone que los celadores que estén dispuestos a defender la legalidad pasen a ser Agentes Medioambientales. No resulta en ningún caso admisibles que trabajadores d ela Junta de Castilla y León contribuyan a alimentar la mala imagen del lobo en la comunidad.