Efectivos de los agentes medioambientales y del Seprona están investigando desde el mes de febrero un caso muy grave de envenenamiento de fauna silvestre protegida detectado al sur de la provincia de Ciudad Real. A lo largo de ese mes se localizaron muertos dos ejemplares de águila imperial ibérica y uno de águila ratonera, así como varios trozos de carne que hacían la función de cebos.

Este suceso, del que Ecologistas en Acción ha tenido conocimiento oficial ahora, se ha dado en una finca cercana al término de Santa Cruz de Mudela, una de las zonas de suelta de lince ibérico en las que se trabaja en el plan de reintroducción de Iberlince. También es cercano a otro caso que se está tramitando en los juzgados de Valdepeñas, el de seis águilas imperiales que aparecieron envenenadas en enero de 2012 en la Encomienda de Mudela.

Con éste, son dos los casos de envenenamiento muy grave de fauna silvestre que se detectan en Castilla-La Mancha en poco intervalo de tiempo. Recordemos que en diciembre pasado se localizaron más de 20 rapaces envenenadas entorno a tres cotos de caza de Nambroca, en la provincia de Toledo. Muy cerca de los cuales ha deambulado alguno de los linces soltados en esta provincia.

Llueve sobre mojado en la problemática del uso de cebos envenenados en el medio natural en Castilla-La Mancha, con el agravante de que está afectando gravemente a especies protegidas y que amenazan seriamente los esfuerzos por recuperar al lince ibérico y al águila imperial ibérica.

Lo lamentable de estos casos es que a día de hoy la Consejería de Agricultura no está ofreciendo información puntual de estos graves sucesos y está retrasando todos los expedientes sancionadores que se pudieran incoar a raíz de los hechos denunciados por los agentes.

Al contrario, a través del proyecto Iberlince se quiere lanzar una imagen falsa de ausencia de amenazas para las especies protegidas en Toledo y Ciudad Real, cuando la realidad es bien distinta.

Ecologistas en Acción exige de los responsables de la Consejería y de Iberlince seriedad y rigor en los datos que ofrecen del proyecto y de la realidad de lo que ocurre en los terrenos por los que andan los linces reintroducidos. Puede ser cierto que en determinadas fincas haya una gran colaboración que hay que alabar, pero también es cierto que en Castilla-La Mancha siguen existiendo muchos territorios y prácticas hostiles para las especies protegidas. El uso del veneno y de las trampas para control de predadores son dos de ellos.