El vino, uno de los elementos esenciales de nuestra cultura.

Clara Cuennet Mas [1]. Revista El Ecologista nº 87.

El vino, uno de los elementos esenciales de nuestra cultura. La viña, uno de los colores primarios de nuestro paisaje. Recorremos brevemente la producción y el mercado para entender el porqué de las mejores opciones, y damos algunas indicaciones para encontrarlas.

La vid, la bodega…

En el sector del vino hay dos grandes tipos de actores: las cooperativas agrarias y las empresas privadas. Las cooperativas pertenecen a sus propios socios, garantizan la venta de su uva y sostienen su entorno en cuanto a población, actividad laboral y medio ambiente. Parte del vino que elaboran se vende al consumidor con marca propia, otra se vende a granel y otra (la mayoría) a terceras bodegas.

Las empresas vinícolas pueden ser desde un negocio familiar a grandes grupos como García Carrión (Don Simón), Domecq o Torres. Estos compran la mayor parte de la uva a pequeños viticultores o cooperativas, sin embargo son quienes controlan la mayor parte de ventas al consumidor. Para hacerse un hueco en el mercado, las bodegas pequeñas pueden recurrir a elaborar un vino diferenciado, cuya viabilidad recibe un gran apoyo de las Denominaciones de Origen.

… el mercado…

En cuanto al precio de la uva, las empresas privadas, al llegar la vendimia, anuncian lo que pagarán por kilo de uva según su variedad. Quienes determinan esos precios son los grandes grupos, que acaparan importantes partes de la producción. Las cooperativas, en cambio, hacen un balance económico al terminar la temporada comercial y deciden cuánto recibe cada socio por kilo de uva cosechada el año anterior. Normalmente, las cooperativas que mejor pueden pagar a sus socios son las que venden directamente al consumidor.

En general, los precios en España suelen estar entre los 25 y los 39 céntimos por kilo de uva. Los sindicatos agrarios y algunas asociaciones del sector se quejan de que estos precios no son suficientes para cubrir los gastos de producción, lo que compromete la rentabilidad de las explotaciones vitícolas. Si compramos vinos de bodegas independientes o cooperativas, estaremos favoreciendo su viabilidad.

… y la ¡salud!

Para elegir qué vino consumimos, también podemos tener en cuenta criterios de forma de producción. En este sentido tenemos dos opciones con ventajas ambientales:

  • El vino ecológico se cultiva de forma ecológica respondiendo a la normativa europea o a criterios más estrictos, que evitan las prácticas enológicas más artificiales.
  • El vino natural (o artesano, o vivo) se entiende como una expresión genuina de la uva a partir del proceso natural de fermentación, que debe alterarse lo mínimo posible. Evidentemente, la uva también se cultiva de forma ecológica.

Los vinos ecológicos son fácilmente identificables por la etiqueta y suelen encontrarse en tiendas de alimentación ecológica. Disponemos de un catálogo extenso en www.vinumnature.com. Los vinos naturales no tienen sello identificativo. Para encontrarlos recomendamos observatoriodevino.com, vinosnaturales.wordpress.com, www.lanimadelvi.com, www.alsurdegranada.net.

Recordemos que las Denominaciones de Origen nos permiten identificar vinos de producción local, y de la calidad que da su terruño.

Notas

[1] Podemos encontrar un estudio detallado sobre el consumo consciente de vino en el número 41 de la revista Opciones, disponible en revistaopciones.org/revista.