El río Jarama, unos pocos metros más debajo de juntarse con el río Manzanares, aparece con grandes acumulaciones de espumas. Esta situación tiene su origen en la deficiente depuración de las aguas de los municipios madrileños que ambos ríos encuentran a su paso, así como en los cultivos de regadío situados en sus riberas. Los colectivos ARBA, Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo vienen denunciando desde hace años la falta de calidad de las aguas de estos ríos y su influencia negativa en el río Tajo, sin que las administraciones competentes establezcan las medidas necesarias.

En la presa del Rey, en el municipio de Rivas Vaciamadrid, el río Jarama presenta una imagen impactante, con espumas que cubren todo su cauce. Lamentablemente, no es un episodio puntual, pues es una situación que ocurre habitualmente al removerse las aguas tras pasar por el salto de la presa. Previamente, unos metros más arriba, las aguas del río Jarama se juntan con las del Manzanares. Ambos ríos van cargados de contaminantes no tratados suficientemente en las depuradoras madrileñas.

La presa del Rey sirve para derivar aguas del río para el riego de cientos de hectáreas de regadío situadas en los municipios de San Martín de la Vega, Ciempozuelos y Seseña entre otros. A pesar de la evidente contaminación, la principal zona de regadío de la región se abastece sin ningún problema de esas aguas. Hay que señalar que, la presa del Rey, está colmatada de lodos en los que se ha encontrado altas concentraciones de lindano, amonio y fósforo (páginas 42 y 104 del Esquema de Temas Importantes de la Confederación Hidrográfica del Tajo). Ni la administración regional ni la Confederación Hidrográfica del Tajo han puesto nunca la más mínima pega para que se siga regando con esas aguas.

Hay que tener en cuenta, además, que el río Jarama en este punto se encuentra en el Parque Regional del Sureste, uno de los espacios protegidos de la Comunidad de Madrid. Desde su creación, hace más de 20 años, la contaminación de los principales cursos fluviales del Parque, el Jarama y el Manzanares, ha sido un asunto que importara en la gestión diaria por parte de la Consejería de Medio Ambiente.

Las aguas que muestra hoy el río Jarama es muy similar a la que hace unos días mostraba el río Tajo en Toledo. El Presidente de la Confederación del Tajo, Miguel Antolín, señalaba que el origen de esas espumas se debían a vertidos puntuales desde un colector municipal y desde la depuradora de Benquerencia, “desmintiendo con rotundidad” que el origen estuviera en las aguas provenientes del río Jarama. Hay que tener en cuenta, que el río Jarama aporta hasta tres veces más cantidad de agua que la que lleva el río Tajo, en Aranjuez. A la vista de cualquiera, el aspecto del río Tajo a su paso por Toledo está fuertemente influenciado por los aportes que le llegan desde el río Jarama, al margen de que existan vertidos puntuales, en todo su curso, que vayan empeorando más todavía su estado.

Los colectivos ARBA, Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo lamentan, una vez más, la falta de responsabilidad y la inacción de la Confederación Hidrográfica del Tajo y de los órganos responsables de la administración regional madrileña.