Mucho se está hablando estos días en relación a la solicitud para celebrar la comida popular en las Fiestas de Tudela en la calle Herrerías. Desde la entidad ecologista se quiere poner el foco en uno de los grandes problemas que genera el ocio en el centro de las ciudades.

Estamos de acuerdo que las Fiestas Patronales son unos días especiales que todo el mundo está esperando. La alegría se desata y parece que todo vale. El problema es que las molestias y problemas que se van a ocasionar en ese día concreto son algo habitual y que se repite en mayor o menor medida los 365 días del año.

El ruido es considerado por la OMS como el segundo mayor problema medioambiental en Europa, después de la contaminación del aire, y su impacto en la salud está científicamente demostrado. El ruido causa desde molestias, estrés, problemas de sueño, afecciones a las capacidades cognitivas e incluso enfermedades cardiovasculares y respiratorias.

Además, otro de los temas en los que queremos incidir es en las consecuencias negativas de la privatización del espacio público. Con el avance de las peatonalizaciones, se está dando, al igual que en muchas ciudades del Estado, una ocupación indebida del espacio público. Concepto que se empieza a conocer como “terracización”. En estas zonas la presión que antes ejercían los vehículos a motor se ha sustituido por las terrazas. Negocios privados que generan ruido e impiden incluso el poder acceder de forma libre y fácil al propio domicilio, pues se ha obstaculizado el paso con mesas y sillas. Problemas que se amplifican con el «efecto de suelo» o “efecto suelo”, es decir, aquellas alteraciones producidas en la propagación de un sonido por la presencia de un determinado tipo de suelo.

Desde Ecologistas en Acción de la Ribera consideramos muy significativo y preocupante que junto a los representantes de las Peñas apareciesen en la rueda de prensa dueños de bares de Herrerías. Esto a nuestro modo de ver es perjudicial, ya que personas con intereses particulares están lanzando un ultimátum al conjunto de la sociedad tudelana, intentando apropiarse del espacio público.

Las molestias debidas al ruido dependen de numerosos factores. Y contemplan las variaciones o diferentes situaciones de los siguientes aspectos, entre otros: La energía sonora, tiempo de exposición, espectro de frecuencias, etc. En este sentido los vecinos de la zona soportan el ruido de las máquinas de limpieza por la mañana y de las terrazas por la tarde y noche. En el caso de la exigencia planteada por Peñas y bares podrían ser 24 horas continuas de ruido. Si consideramos esta zona como zona comercial la normativa estipula como máximo 65 dB(A), pero si la consideramos zona residencial el límite se fija en 35 dB(A).

Es preciso entonces que se cumpla la legislación y que se trabaje en la elaboración de mapas de ruido, etiquetando como zonas saturadas aquellas zonas de las que estamos hablando. No permitiendo la saturación de locales de ocio y siendo rigurosos con la colocación de terrazas y veladores. Permitiendo que sea posible poder descansar, sin problemas tan graves como la contaminación acústica. Permitiendo que sea posible transitar por la calle sin encontrarse con embudos o pasos cerrados por la ocupación privada del espacio público.