Desde que hace 25 años se recuperara una parte de la antigua laguna de La Nava, esta zona se ha gestionado inundando el terreno con agua del Canal de Castilla para garantizar la calidad del agua. No sabemos cual sería la superficie del humedal puesto que las 2.500 hectáreas que quedaban entorno a 1960, cuando se desecó definitivamente, eran solamente una pequeña parte del delta interior que había reducido su superficie de forma progresiva desde la Edad Media. En la actualidad solamente están recuperadas unas 400 hectáreas.

La inundación actual se realiza con una concesión de agua que está recogida en el Plan Hidrológico de la Cuenca del Duero y que dentro de las prioridades que establece se encuentra por encima de otros usos como los agrarios para riego. La situación actual es que en el año 2017 la gran sequía ha hecho que en estos momentos, debido a que se han tomado gran parte del agua embalsada en los pantantos de cabecera de los ríos Carrión y Pisuerga para regadío, no haya agua para la laguna de La Nava. La migración de aves acuáticas invernantes ya ha comenzado y se ven bandos de aves acúaticas llegando a los humedales secos de La Nava.

En la actualidad La Nava esta dentro de diferentes figuras de protección entre ellas la de Humedal de Importancia Internacional del Convenio de Ramsar, también está dentro de la Red Natura 2000 y de la Red de Espacios Naturales de Castilla y León. Existe un Centro de Interpretación de la laguna de La Nava en Fuentes de Nava.

En un año como este donde muchos pequeños humedales, u otros de mayor tamaño como Villafafila, no tienen agua sería de vital importancia que un humedal como La Nava mantuviera su inundación para mantener el procreso biológico de la migración y la invernada de aves acuáticas que vienen del norte de Europa.

Una vez más la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ha realizado una mala gestión de los recursos hídricos ya que debería haber garantizado la inundación, al menos parcial, de los humedales que cumplen una función biológica vital no sólo a nivel local si no internacional. Mientras la Junta de Castilla y León asiste impasible a este problema esperando a que llueva.

En la situación actual en la que los embalses están a unos niveles tan bajos y se ha llevado el agua hacia otros usos, la solución no existe, pero debería permitirse la inundación del humedal en la medida de lo posible. No debemos olvidar que se trata de humedales someros que no necesitarían un gran volumen de agua.

De cara al futuro el órgano sustantivo en materia de aguas, la CHD, debería realizar una gestión de los recursos hídricos que garanticen ese volumen mínimo y realizar las actuaciones necesarias para que la inundación se realice de la forma más adecuada posible, incluso con una toma de agua directa al humedal, evitando tener que realizarla por cauces naturales que ahora no tienen agua y requieren mayor volumen de agua para que llegue el agua a la laguna.