Verdemar señala que la mala planificación de la distribución de farolas y similares en la calles del municipio está mal planificada. Cuando en un solo edificio nos encontramos con 9 puntos de luz, en otras zonas es casi testimonial.

Como ejemplo Ecologistas en Acción enumeran entre otras la calle Valladolid con 3 (puntos de luz), Calle Federico García Lorca que tiene 2, Isaac Peral 2, Vascongadas 1, Leon 2, Pablo Neruda 1, Juan Ramón Jimenez 6, Galicia 3, Salamanca 1, Emigrantes 1, Los Francos 4, Prior 2, Huertas 4, Guzmán el Bueno 3. Otras de las vías que carecen de iluminación adecuada serían también la Calle Nueva con 4, Posta 4, Luna 3, Vitoria 3, Oviedo y Navarra con 4, Isabel la Católica y Pizarro con 3. Lejos de los 9 faroles en un solo edificio. Verdemar quiere añadir que en nuestro país, el IDAE, (Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético, depende del Ministerio de Economía), ha editado en los últimos años en colaboración con el Comité Español de Iluminación (CEI), un puñado de guías en las que se detallan los niveles de iluminación (iluminancia) adecuados para oficinas, hospitales, centros de trabajo, escuelas, carreteras, calles, etc. Para adecuar los niveles de iluminación bastará con eliminar lámparas o reducir la potencia de los puntos de luz, lo cuál es una operación bastante sencilla, salvo en algunos casos en que resulte necesario cambiar la luminaria.

Existe otra forma de conseguir un ahorro energético importante es incorporar sistemas de reducción de flujo, los cuáles permiten rebajar hasta en un 50% el nivel lumínico y por tanto el consumo, a partir de la hora que fijemos. La introducción de estos sistemas, que permiten regular al mismo tiempo un número elevado de puntos de luz está subvencionada por el IDAE.

En definitiva, las soluciones a gran escala del problema de la energía, pasan porque cada pequeño o gran consumidor se plantee en donde puede ahorrar, y qué cosas puede apagar por no resultar necesario tenerlas encendidas. Hasta la fecha la energía ha sido tan barata, que no parecía necesario preocuparse por esos pequeños ahorros, pero con esta actitud no existe otra salida que el continuo crecimiento en el consumo y el más que probable avance del cambio climático.