La toma de conciencia ciudadana sobre los problemas del calentamiento global en Canarias comenzó a incrementarse sobre todo a raíz de la tormenta tropical Delta. A pesar de ello, casi todos los dirigentes políticos han ignorado en la práctica el cambio climático y sus posibles implicaciones para un archipiélago frágil y dependiente del turismo.
Raúl García Brink, Ecologistas en Acción de San Mateo (Gran Canaria). El Ecologista nº 54
El aumento de las temperaturas en Canarias durante las últimas cinco décadas se sitúa alrededor de los 2˚C. Además, en las últimos años se registró un aumento de 0,5˚C de las aguas superficiales que rodean al archipiélago [1]. Por otro lado, se ha detectado en sus costas la presencia de especies de algas unicelulares tóxicas, que podrían considerarse como tropicales.
Todos recordamos el paso de la tormenta tropical Delta en noviembre de 2005. Aunque el Informe elaborado por el Instituto Nacional de Meteorología no fuera concluyente, parece claro que es uno más de los fenómenos meteorológicos extremos que, como consecuencia del cambio climático, se van presentando con mayor frecuencia a lo largo del planeta.
Impactos previsibles en Canarias
La proyección de cambio de temperatura que realiza el Ministerio de Medio Ambiente (MMA) para la mitad de este siglo refleja un aumento para Canarias entre 2 y 4ºC en verano y entre 1 y 2ºC para el invierno. Estas conclusiones pueden ser consideradas como benignas si tenemos en cuenta que en ciertas zonas de la Península podría alcanzarse un aumento de hasta 7ºC. Un fenómeno climático cuya frecuencia se prevé que aumente es el de la calima o polvo en suspensión. Las calimas serán más abundantes porque se incrementará la intensidad de los alisios debido al calentamiento del mar. Además, la mayor desertización del Sahel africano generará más polvo.
El informe del MMA [1] afirma que el retroceso de las playas podría alcanzar 70 m y 20 m a mitad de siglo en las playas del sur y norte de las islas, respectivamente. Sin embargo, fuentes del MMA cifraban posteriormente dicho retroceso en 15 m [2]. Estos datos deberían encender las alarmas en una región dependiente del turismo y cuyo recurso principal es el territorio.
La desalación se ha convertido en el recurso hídrico más importante en muchas islas, lo que nos convierte en un sistema económico altamente dependiente de los combustibles fósiles. Hasta ahora la única iniciativa para desalar de manera sostenible se está materializando en la Comarca del Sureste (Gran Canaria), que comenzará a construir la primera desaladora impulsada por energía eólica del mundo a comienzos del año próximo.
La posible existencia de un incremento en las floraciones de algas nocivas y de otros organismos urticantes durante las épocas más calurosas podría provocar trastornos al sector turístico. Por otro lado, se prevé el desplazamiento de las temporadas debido a unos veranos más calurosos y más secos. En todo caso, parece complejo dibujar un escenario que afectará tanto a los países de origen como a los receptores de turismo.
Sin estrategia a seguir
A pesar de contar con los recursos necesarios para reconvertir un modelo de desarrollo insostenible, el Gobierno de Canarias no se ha tomado en serio la lucha contra el cambio climático: la paralización de las Directrices de Ordenación, el borrador del Plan Energético de Canarias o proyectos tan insostenibles como el Eje Transinsular de Transportes son la mejor muestra del nulo compromiso de las instituciones más allá de dos o tres campañas publicitarias.
Esta conducta irresponsable debe cambiar con un urgencia, puesto que nuestro modelo de desarrollo económico es altamente ineficiente [3]. Carecemos de planes de turismo, agricultura o movilidad sostenibles así como de medidas que favorezcan la reducción de gases de efecto invernadero. En definitiva, no se puede debatir sobre las estrategias de sostenibilidad o lucha contra el cambio climático en Canarias, porque simplemente no existen.
Si buscamos iniciativas interesantes en Canarias debemos dirigir nuestra mirada hacia el ámbito local. El Plan de Desarrollo Sostenible Comarca del Sureste [4] es el único proyecto con una perspectiva transversal a medio y largo plazo en la isla de Gran Canaria. Sin embargo, la pretendida instalación de una planta regasificadora en Arinaga por parte del Gobierno de Canarias supone una peligrosa amenaza para su realización.
El trabajo que queda por delante es una tarea ardua, porque no hay nada más complejo que cambiar unos valores desarrollistas sustentados en prácticas y hábitos cotidianos que se mantienen desde hace décadas. Hemos de comenzar a actuar de manera ecológicamente inteligente con el fin de desarrollar una nueva cultura intelectual, de consumo y tecnológica. He ahí el gran reto que nos ha tocado vivir: impulsar un cambio cultural, político y social capaz desarrollar unas políticas racionales, equilibradas y con perspectiva intergeneracional. Es hora de sacar a Canarias del subdesarrollo de la insostenibilidad.
[1] Casi toda la información procede de Evaluación Preliminar General de los Impactos en España del cambio Climático, MMA, salvo cuando se cite otra fuente.
[2] www.elpais.es/articulo/sociedad/playas/espanolas/retrocederan/metros/subida/nivel/mar/elpporsoc/20060909elpepisoc_2/Tes/
[3] Durante el período 1996-2004 se incrementó en un 62% la producción bruta eléctrica de Canarias para hacer frente a un crecimiento poblacional del 15% y un incremento del PIB del 33%.
[4] Al respecto puede consultarse la ponencia de Roque Calero en el I Seminario Internacional de Comarcas Sostenibles celebrado en Agüimes: www.surestegc.org/modules.php?op=modload&name=News&file=ver_proyecto&pn_sid=77