Iniciativas sostenibles.

Javier Hidalgo Romero, presidente de AHOE. Revista El Ecologista nº 68

Los huertos cercanos a la ciudad pueden colaborar en su mejora ambiental, pues son un modo de inserción de naturaleza en los entornos urbanos: aumentan el número de áreas verdes, recuperando terrenos a veces degradados, y se convierten en espacios para compostar residuos de los hogares o del propio huerto, y donde se pueden recuperar las variedades locales de cultivos, aumentando la biodiversidad. Pueden mejorar la calidad ambiental por la influencia que la cubierta verde, la vegetación y la presencia de agua ejercen en las condiciones de humedad y temperatura, asegurando un mayor grado de confort ambiental en espacios antes duros o vacíos.

Otro de los aspectos más reconocidos de los huertos es su valor –de forma subliminal para la mayoría– como instrumento de educación ambiental. En donde se pueden observar los ciclos de los alimentos, del agua y de la materia.

En la dimensión social son espacios de participación en los que se desarrollan sentimientos de responsabilidad. Contribuyen a la educación ambiental y aumentan la seguridad alimentaria. Uno de los principales valores de este tipo de huertos es su carácter de espacio de ocio, sus usuarios a menudo los definen como el ámbito donde pasan buena parte de su tiempo libre y se sienten relajados. Las condiciones necesarias para ello son la proximidad al espacio de residencia y la existencia de terrenos suficientes en los que desarrollar esta actividad.

Los huertos de ocio son un espacio apto para la participación, porque los hortelanos tienen la capacidad de autoorganizarse y gestionar los espacios, y también de construirlos, con la consecuencia de que al intervenir en el diseño físico de los huertos aumenta el sentimiento de apropiación. Para que la participación sea posible se han creado y se mantienen espacios de encuentro, y sus usuarios, como socios de pleno derecho de la entidad que los gestiona, tienen capacidad de decisión. Pueden elegir y ser elegidos como representantes de ella y de cada zona en que se han dividido las fincas donde se ubican los huertos, lo que les obliga a acatar las normas de uso que han sido decididas en asambleas. La participación se extiende a las actividades de formación, relación y beneficio común que son propuestas asiduamente.

Bajo estos presupuestos anteriores se crearon en la ciudad de Albacete sus huertos de ocio, urbanos y ecológicos. La fórmula organizativa para gestionarlos fue la de un convenio de colaboración entre la Asociación de Horticultores de Ocio Ecológicos (AHOE), creada inicialmente con los interesados en disfrutar de esta atractiva oferta, y el Ayuntamiento. De esta forma el consistorio aportaba los recursos esenciales para la puesta en marcha de la iniciativa y la asociación la gestión de la misma en el día a día. Todo ello inspirado en los criterios que inspiran a la política medioambiental municipal.

La Asociación AHOE es la que sustenta la organización externa e interna de estos huertos. A ella han de integrarse todas las personas que disfrutan de estos huertos para garantizar las buenas prácticas de sus integrantes.

207 huertos

Los huertos de ocio comenzaron su andadura en enero de 2007, trabajando en la preparación para el cultivo de la primera parcela en la que se crearon 42 huertos de 60 m2 cada uno. Se trataba de un antiguo e inutilizado vivero en una zona muy próxima a la ciudad, cerca de su ecoparque. Dado el interés suscitado en la puesta en marcha de estos primeros huertos, se amplió con una segunda finca también muy próxima a la ciudad. Se crean así 172 nuevos huertos de 95 m2 que se adjudican mediante sorteo entre los solicitantes –muchos más que los huertos ofertados–. Los huertos de ocio de Albacete alcanzan en la actualidad la considerable cifra de 207, ubicados, como se ha explicado, en dos zonas muy cercanas al casco urbano, tanto que se puede llegar a ellos sin necesidad de vehículo a motor, algo que los responsables de este proyecto perseguían desde su inicio.

Se da en esta experiencia un detalle curioso que aumenta aún más su alcance: se ha vinculado a cada huerto no sólo una persona, sino dos, e incluso tres en algún caso. Es decir, son cincuenta y cinco hortelanos más los que comparten su huerto con su adjudicatario titular. De esta manera 265 familias se benefician directamente de estos huertos. Además, esta asociación tiene en su seno a veintitrés personas que, aun disponiendo de huerto propio, se han vinculado a ella para poder disfrutar de sus objetivos tales como la formación, los proveedores comunes, el reparto gratuito de plantas aromáticas y árboles autóctonos, excursiones, visitas, etc.

Entre los fines que persigue AHOE se encuentran los de practicar la agricultura ecológica para satisfacer un consumo a pequeña escala y de ocio; fomentar la adquisición de una serie de valores que motiven a conservar la biodiversidad y los hábitats naturales de las especies hortícolas tradicionales y autóctonas, crear una red de aprendizaje continuo en torno a la práctica de la agricultura ecológica, difundir los beneficios que reporta al ser humano y al desarrollo sostenible la práctica de la agricultura ecológica, o apoyar las redes de consumo de productos ecológicos.

Al mismo tiempo, los hortelanos de esta asociación se benefician de las siguientes actividades: cursos, seminarios y talleres relacionados con la agroecología y la horticultura, viajes y visitas a huertos de ocio en otros municipios españoles o a ferias y eventos, encuentros para degustación de productos hortofrutícolas, e intercambio, mediante trueque, de productos recolectados en los huertos de ocio y de semillas.

Vínculos sociales

Después de tres años y medio de andadura de esta iniciativa pueden destacarse como aspectos positivos que sus usuarios valoran de forma entusiasta el disfrute de su estancia en contacto con la tierra y las plantas, el aprendizaje continuo ante la diversidad de plantas que se siembran, cultivan y comen, la calidad organoléptica y saludable de los alimentos que se cultivan de forma ecológica… y algo igualmente importante: la creación de nuevos vínculos sociales de encuentro ciudadano en forma de compartir experiencias y bienes entre sus usuarios.

Entre las buenas prácticas por las que se debe regir el uso de estos huertos están la no utilización de semillas y planteles que sean transgénicos; la recomendación de acudir andando o en bicicleta, dada la cercanía de los huertos a la ciudad; el uso del riego por goteo y el compostaje de las plantas que agotan su ciclo y los residuos orgánicos del consumo de los productos cultivados en él. A los hortelanos se les ofrecen plantas autóctonas procedentes del vivero que Ecologistas en Acción gestiona en la ciudad de Albacete, de modo que también se potencian las especies locales.

Recientemente la asociación de horticultores de ocio y ecológicos de Albacete ha firmado un protocolo de colaboración con el Jardín Botánico de Castilla-La Mancha, ubicado en Albacete, para participar en la gestión del área dedicada a plantas hortícolas, colaborando en la formación e información de sus visitantes y en el uso compartido de su invernadero para el cultivo de variedades hortícolas. En este proyecto se van a reproducir un huerto tradicional, otro basado en la metodología del agricultor Gaspas Caballero, otro con distintos tipos de bancales (elevados, profundos…) y otro más basado en los principios de la agricultura natural del agricultor y microbiólogo japonés Masanobu Fukuoka, como son el no laboreo, la no utilización de productos químicos ni compost preparado y el no desherbaje mediante cultivo ni herbicidas.