Ecologistas en Acción denuncia la negligencia y el grave incumplimiento de las medidas de seguridad en el traslado de los residuos de lindano del vertedero de Bailín a la nueva celda de almacenamiento.

Después de realizar más de una docena de observaciones de los trabajos del traslado de los residuos, podemos afirmar y documentar con imágenes que no se están cumpliendo las normas de seguridad para la salud de los trabajadores y aún menos las relativas a la salud pública ni las de garantía del traslado de los residuos. Hemos podido observar reiteradamente, como en la zona de máxima contaminación varios trabajadores deambulan con la cara al descubierto, con el equipo se presurización de las escafandras sin conectar y colgado en el hombro (Fotos 1, 2, 3 y 4) desdeñando las normas de seguridad y poniendo en grave peligro su salud. La inexplicable ausencia de vigilantes y coordinadores de seguridad, encargados de hacer cumplir las normas agrava considerablemente la situación.

El traslado y tratamiento de los residuos se están realizando de forma temeraria despreciando sistemáticamente las normas de salud pública y los procedimientos proclamados por el Departamento de Medio Ambiente. Así hemos observado como los camiones cargados de residuos permanecían horas aparcados con la carga descubierta provocando la dispersión de los tóxicos (Foto 5). La planta de clasificación de residuos (Foto 6) que se presentó como uno de los puntos clave de seguridad del procedimiento de traslado, solamente se ha utilizado como aparcamiento de camiones y todos los residuos se trasladan indiscriminadamente a la nueva celda, con el peligro que implica. Vertidos de lindano impregnados de residuo líquido libre se han trasladado sin clasificar, lo que causará el rápido deterioro de las láminas de impermeabilización, acortando drásticamente la vida útil de la nueva celda, iniciando un nuevo y más amplio proceso de contaminación del terreno y el acuífero.

La excavación y carga de los residuos en los camiones constituye un alarde de negligencia temeraria, provocando en cada una de las maniobras nubes tóxicas, aerosoles de isómeros de lindano y otras sustancias que el viento disemina de forma indiscriminada (Fotos 7 y 8). No hemos observado ni un solo equipo generador de niebla seca, de uso obligatorio para impedir estos desastres.

El extendido de los residuos en la nueva celda (Foto 9) se realiza de forma igual de desastrosa, lo que incrementa la dispersión de los tóxicos. Los vientos o las condiciones atmosféricas desfavorables provocan frecuentemente el desplazamiento de los aerosoles hacia Sabiñánigo, lo que causa reiterados episodios de contaminación en la población, revelados por el de intenso olor a lindano. Ante las quejas reiteradas de los vecinos, el Servicio de Emergencias del 112, deriva las llamadas al Ayuntamiento de Sabiñánigo que no da importancia a lo que sucede asegurando que no existe ningún problema, tal como les informa el Gobierno de Aragón.

Ante estos graves sucesos la Dirección Facultativa de la Obra parece estar desaparecida, al igual que el Servicio de Sanidad Pública, con un desprecio total por la seguridad de los trabajos y de la salud de los habitantes de Sabiñánigo.

Desgraciadamente estamos asistiendo a un nuevo y desgraciado capítulo de la nefasta historia de la herencia maldita de INQUINOSA, en la que todas las instituciones siguen con su alarde de incompetencia y maltrato a los ciudadanos.