La federación de Ecologistas en Acción de Castilla y León celebró el 5 de noviembre su asamblea regional en Zamora, reuniendo a representantes de los grupos existentes en la comunidad autónoma. La organización ecologista cuenta con grupos en todas las provincias, excepto en Zamora, razón por la que se ha elegido trasladar a esta provincia su reunión y aprovechar para reunirse con personas y colectivos zamoranos con los que se comparte la preocupación por las cuestiones ambientales y con quienes desde hace años existe coordinación.

Es el caso, por ejemplo, del lago de Sanabria, que debido a los vertidos que contaminan sus aguas ha movilizado a muchas personas exigiendo una solución definitiva a este problema y un mayor control por parte de la administración regional. El objetivo de la coordinación autonómica es la de trabajar conjuntamente los temas que trascienden del ámbito provincial y que tienen su principal objetivo en las políticas que aplica en materia ambiental el gobierno regional. Por ejemplo, se impugnan autorizaciones ambientales de uso excepcional de suelo rustico en todas las provincias, incluida Zamora, que han conseguido frenar la generalización de autorizaciones para usos diferentes a los regulados por la norma. También se han impugnado autorizaciones ambientales de granjas de porcino o la de la cantera de Rabanales.

La valoración que hace la organización Ecologistas en Acción de las políticas en materia ambiental desarrolladas por el gobierno del Partido Popular es negativa ya que no solo no se pone en el centro la conservación de nuestro patrimonio natural, sino que claramente le perjudican. Por otro lado, al no tener preocupación por este tema no se desarrollan medidas que puedan favorecer a la conservación del medio ambiente en un futuro, que promuevan el desarrollo de actividades sostenibles o que sirvan para detener los efectos del cambio climático.

El tema central de la asamblea ha sido en esta ocasión la situación del lobo en la comunidad autónoma y la búsqueda de estrategias de conservación que favorezcan la necesaria convivencia entre el lobo y las actividades humanas, especialmente la ganadería extensiva. Para los y las ecologistas se utiliza el lobo como chivo expiatorio de los problemas de este sector económico. Sin embargo, los problemas de la ganadería, especialmente la extensiva, son otros, derivados del modelo agroalimentario y que no ponen en justo valor socioeconómico a estas actividades.

La coexistencia o convivencia entre el lobo y la ganadería extensiva no solo es posible, sino que se practica por un amplio número de ganaderos y ganaderas desde hace décadas en zonas donde la presencia del lobo se ha mantenido de forma ininterrumpida. El secreto de esta convivencia esta en la puesta en marcha de medidas preventivas; que es para Ecologistas en Acción, la cuestión central en la que deberían centrarse las políticas impulsadas desde el gobierno regional.

La protección del lobo es necesaria y no hacerlo significará un grave perjuicio para los ecosistemas en su conjunto, cuestión que parece olvidarse cuando se habla de este tema. Evidentemente la búsqueda de soluciones debe ser dialogada entre todos los actores con algo que decir en esta materia, lo que incluye a los grupos ecologistas y conservacionistas. Sin embargo, se ha polarizado la cuestión y no se buscan acuerdos sino que se fomenta una política de gestión del lobo basada en su caza y en la compensación de daños a posteriori. Sin embargo, la solución al conflicto solo se conseguirá cuando se sienten las bases para la convivencia y se apueste por medidas que la hagan posible.