Ante las noticias que han aparecido hoy sobre el proyecto de un centro comercial en Palmas Altas, Ecologistas en Acción quiere reiterar que este centro comercial no cuenta con un plan de movilidad. Es por ello que consideramos que su puesta en marcha podrá significar un colapso circulatorio en la zona sur de la ciudad. En las noticias aparecidas hoy se indica que este centro comercial, de grandes proporciones, tendrá un aparcamiento de 3.300 plazas. Además, se pretende crear un acceso desde la SE30 y otro desde la avenida de las Razas, todo ello sin haber realizado un estudio de movilidad que lo avale.

Dada la experiencia acumulada en los últimos años en la ciudad de Sevilla, Ecologistas en Acción entiende que una gran superficie como la que se plantea promueve la movilidad motorizada y privada y es altamente atrayente del tráfico. Por tanto estas grandes superficies no pueden planificarse adecuadamente sin ir acompañada de un estudio de la afección producida por la nueva dotación, de una estimación sobre cómo afectará al tráfico existente en la zona, y de la ciudad en su conjunto, y sin un Plan de Movilidad que recoja los distintos modos de transporte previstos y que reduzca, en todo caso, el uso del vehículo privado y el tráfico de la zona.

La zona de Palmas Altas y alrededores soportan un tráfico abundante, especialmente conflictivo en horas punta, y resulta complicado que tenga capacidad para absorber el nuevo tráfico inducido por una superficie comercial como la que se plantea. La cuestión es que la presencia de la autovía SE-30, precisamente en ese tramo, debido a diversas incorporaciones, la desaparición de dos carriles y el estrechamiento del puente en un carril reversible, ya soporta un intenso tráfico y embotellamientos a determinadas horas del día. No menos importante es el nudo que entronca con ella y da servicio al campus adyacente de Palmas Altas, donde se encuentra la sede de la Multinacional Abengoa y la Universidad privada Loyola de Sevilla y que colapsa, literalmente, en horas punta. Un incremento del tráfico producido por la implantación del gran centro comercial es razón suficiente para hacer que el planeamiento de la infraestructura requiera de un estudio pormenorizado adicional por ser deficitario en estas cuestiones.

Asimismo, la Avenida de Las Razas además de ser en la actualidad una vía de velocidad, más que un viario urbano, donde se superan habitualmente los límites de velocidad permitidos, carece de líneas de transporte público y, como señalábamos, no cuenta con accesos a pie o de vehículos no motorizados. En cualquier caso, la carretera del Copero es una vía de poca capacidad, que tendría que reformarse para poder absorber el tráfico rodado de una gran superficie comercial como la proyectada. Además esa carretera da servicio a empresas que requieren del transporte de sustancias peligrosas. Por todo ello, no parece conveniente encauzar hacia ella el tráfico y los accesos que necesita una dotación como la prevista.

Palmas Altas es un gran centro comercial que se pretende promover en terrenos colindantes a la actual sede de Abengoa en Palmas Altas. Ecologistas en Acción ha criticado además este proyecto por la gran saturación de centros comerciales que sufre la ciudad. Esta saturación ha sido señalada por otras entidades, por ejemplo por la confederación de comerciantes de la provincia de Sevilla APROCOM. Además en los últimos meses se han anunciado otras nuevas, algunas de gran tamaño, y por tanto de gran impacto en la realidad socioeconómica de Sevilla. Así, a la superficie comercial que se pretende implantar en Palmas Altas, señalada como la más grande de España, se unirían otras como el proyecto de IKEA en terrenos de San Nicolás Oeste, Sevilla Park en terrenos portuarios, o el que se pretende en los bajos de la Torre Sevilla. Lo cierto es que estas grandes superficies parecen ser iniciativas desconectadas unas de otras, y sin que el gobierno municipal o la Junta de Andalucía estén ejerciendo cumplan su función planificadora. Entendemos que esta dejación en planificar de forma global la estructura del gran sector comercial en nuestra ciudad, permitiendo que las distintas dotaciones crezcan como setas sin más condicionantes que la opinión de sus promotores, hace que el daño de estas superficies sobre el pequeño y mediano comercio de barrio sea impredecible.