• Ecologistas en Acción vigila en Marruecos que la COP22 signifique un paso adelante en los compromisos internacionales y limite el poder de intervención de multinacionales y lobbies empresariales.
  • Organizaciones ecologistas de todo el planeta señalan la cumbre de Marrakech como una feria empresarial de lavado verde y denuncian un posible paso atrás en el punto de inflexión que Naciones Unidas anunció la COP21 de París 2015.
  • El Gobierno de Rajoy no dice nada relevante en la COP22, mientras España es el país que más ha aumentado sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en la Unión Europea.

Ecologistas en Acción está realizando esta semana en Marrakech la cobertura de la COP22 y señala las falsas soluciones que gobiernos y empresas intentan presentar como el camino hasta 2018.

El lema oficial de la cumbre, que llama a pasar «de las palabras a la acción», contrasta con una política que apunta al estancamiento de las negociaciones del Acuerdo de París. Esto supondría dilatar la acción climática lo suficiente para que sea imposible aplicar las recomendaciones científicas y limitar el calentamiento global a 1,5ºC.

Las cumbres del clima se han convertido en recintos feriales con expositores de empresas que han pasado del negacionismo al lavado climático. Su misión es vender «tecnología verde» a gobiernos y multinacionales, sin beneficios relevantes para el conjunto del planeta.

Una coartada para multinacionales y lobbies

En Marrakech vuelve a quedar patente la sobre-representación de las industrias fósiles, las grandes energéticas, en especial la nuclear, las petroleras y el sector de la construcción, cuyo número de representantes, al menos, triplica al de la sociedad civil.

La presencia de multinacionales en estas cumbres supone un constante bloqueo a las iniciativas ciudadanas y ecologistas, así como la configuración de la percepción social del cambio climático.

En la COP22 los debates están centrados en el papel de las transnacionales, la legitimación de sus intervenciones, y los beneficios económicos del Acuerdo de París.

Se trata de una eficaz coartada para aquellos agentes que, lejos de cambiar sus acciones socioclimáticas y reconocer sus errores históricos, siguen presentándose como salvadoras de una situación de la que ellos mismos son responsables.

Esta visión lucrativa del cambio climático perpetúa un modelo socioeconómico obsoleto que provoca atentados sociales y ambientales muchas veces irreversibles. Mientras, las organizaciones de la sociedad civil están experimentando mayores problemas de acceso a las negociaciones oficiales.

Ecologistas en Acción sigue exigiendo la retirada del estatus de observador a todas las empresas petroleras acreditadas dentro de las COP, como ya lo hizo en 2007 la Organización Mundial de la Salud (OMS) con las tabacaleras.

El Gobierno español no da la talla

La incomparecencia de Mariano Rajoy en la COP22 es un claro ejemplo del desinterés del actual Gobierno español en materia climática. La economía española es profundamente dependiente del consumo de combustibles fósiles y prueba que estamos muy lejos de abordar una definitiva descarbonización.

El dato definitivo de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) publicado hoy por el INE demuestra que España es el segundo país con mayor aumento en emisiones GEI de la Unión Europea. Esta información confirma la adelantada por Ecologistas en Acción el pasado agosto.

Desde Marruecos, Ecologistas en Acción insiste en la necesidad de un cambio de modelo. Los gobiernos deben actuar «de verdad» frente a las demostradas consecuencias sociales y medioambientales del cambio climático, evitar el expolio de los recursos naturales que sufren los países empobrecidos, reconocer las múltiples luchas ciudadanas silenciadas por los negociadores oficiales en la cumbre y poner límites a figuras de poder como el negacionista y actual presidente de EE UU Donald Trump.