Los grupos ecologistas aragoneses, entre ellos Ecologistas en Acción, han trasladado su “preocupación” al Gobierno de Aragón por el retraso del plan de conservación de la rana pirenaica.

Los planes de conservación son la última esperanza para las especies al borde de la extinción como es el caso de la rana pirenaica. En los últimos años los planes aprobados han obtenido excelentes resultados como es el caso del quebrantahuesos, cada vez menos amenazado.

Los planes de conservación son una obligación de la normativa ambiental y resultan una oportunidad para que los proyectos de desarrollo que se proponen tengan garantías ambientales y sean viables en el tiempo. Estar al margen del medio ambiente es estar al margen de la realidad en la que vivimos.

Los grupos ecologistas aragoneses en su totalidad, reivindican el correcto cumplimiento de las leyes que protegen el patrimonio natural, responsabilidad del Consejero Joaquín Olona, que no muestra ningún avance en lo que llevamos de legislatura. Aragón tiene pendiente la aprobación de planes de conservación tan importantes como el de la rana pirenaica, el del oso pardo o la avutarda, especies (entre otras) al borde de la extinción. Es evidente que solo está siendo Consejero de Agricultura y ha abandonado la parte del medio ambiente, la eliminación del extinto Departamento de Medio Ambiente ha conllevado un continuo desinterés por el medio ambiente por parte de los últimos gobiernos de Aragón.

Dictamen positivo del Consejo de Protección de la Naturaleza (CPN)

Con sólo un voto en contra entre 40 posibles, el CPN aprobó con una abrumadora mayoría un dictamen en relación con el plan de conservación de la rana pirenaica dirigido a su continuación, de forma que el expediente siga su curso y el Consejero Olona apueste por el medio ambiente, sin excusas. Es importante señalar que el CPN está compuesto por todos los partidos políticos, diputaciones, comarcas, municipios, Confederación Hidrográfica del Ebro, organizaciones agrarias, empresariales y sindicales, universidad, federaciones deportivas, centros de investigación, conservación del patrimonio cultural y el propio Gobierno de Aragón, siendo los grupos ecologistas una minoría. Por lo que se puede decir que la sociedad aragonesa está perfectamente representada en el CPN, así como la clase política y la inmensa mayoría dijimos sí, al futuro de la rana pirenaica.

Un pacto por la conservación del patrimonio natural

Es evidente que la polémica en torno al plan de conservación de la rana pirenaica tiene un componente exclusivamente político, porque la conservación SIEMPRE es compatible con el desarrollo, a pesar de que haya políticos como el propio Consejero Olona, responsable del medio ambiente en Aragón, que impulsan lo contrario y así lo hace saber en exposiciones públicas.

Si empleamos el medio ambiente como un arma política arrojadiza, no avanzaremos en los objetivos que nos hemos marcado la sociedad y cometeremos graves errores que pagarán nuestros hijos y sus hijos.

¿Estamos ante otra legislatura perdida o podemos solucionarlo?