Ecologistas en Acción reclama medidas estructurales de intervención en las infraestructuras, mejora del hábitat y de protección de los cultivos frente a la reincidencia en el error de una resolución de comarca de emergencia cinegética que se ha mostrado ineficaz y que implica riesgos para la seguridad de las personas y de los ecosistemas.

Un año más, y van unos cuantos, la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha ha publicado una resolución por la que se declara comarca de emergencia cinegética temporal por daños de conejo de monte un amplio territorio de Castilla-La Mancha. En los cotos de nada menos que 231 términos municipales se permitirá la caza con hurón todo el año y con escopeta entre el 1 de junio y 15 de agosto con la condición de que comuniquen con al menos veinticuatro horas de antelación el inicio del control.

A esta medida se añade la concesión de permisos extraordinarios y a veces anuales y renovables para cazar conejos con hurón en cientos de kilómetros de taludes de infraestructuras y de otras zonas de seguridad de dominio público, incluidas riberas y cauces de arroyos y ríos, caminos o vías pecuarias.

La nueva resolución no hace sino constatar y repetir la ineficacia de las resoluciones anteriores destinadas al control de la población mediante la caza, y el enquistamiento de un problema que viene provocado por causas enteramente humanas.

Los conejos no han hecho otra cosa que proliferar al amparo de unas transformaciones de hábitat que han mermado sus terrenos naturales para ser profusamente ocupados por cultivos agrícolas e infraestructuras. Y al resguardo también de unas actuaciones agrícolas y cinegéticas que han mermado a la mínima expresión sus refugios naturales y las poblaciones de sus predadores naturales.

La plaga, si cabe hablar de ella, no es la de los conejos, es la de las malas prácticas y el desastroso planeamiento de la actividad agraria y de las infraestructuras. A ello hay que sumar dos agravantes muy significativos. La práctica falta de adopción de medidas preventivas por quien dice sufrir los daños. Y la incapacidad de las administraciones, en particular de la Consejería de Agricultura y de las titulares de infraestructuras, para aplicar medidas no meramente coyunturales.

Todo ello ha dado lugar a un terreno abonado para aquellos que lanzando desproporcionados mensajes alarmistas se permiten exigir a los demás actuaciones mientras no están dispuestos a asumir su responsabilidad para proteger los cultivos que dicen defender.

El problema del conejo es, sin duda, complejo. Acucia y es muy doloroso para aquellos casos concretos que lo sufren, aunque no dejan de ser una minoría en el vasto agro castellano-manchego. Pero se hace aún más difícil de abordar cuando una y otra vez se repiten los mismos errores y se asiste al círculo vicioso de protestas y de adopción de medidas ineficaces en el que algunos parecen sentirse más cómodos que si abordaran de una vez por todas las distintas opciones a su alcance para resolverlo.

Ecologistas en Acción ha aportado y seguirá aportando soluciones concretas al problema del conejo, pero como asociación que pretende colaborar con la administración y con las organizaciones agrarias está muy decepcionada por la respuesta recibida por unos y por otros y por el agobiante clima de enfrentamiento que se ha creado en torno a este problema.

Máxime cuando además, resoluciones como la ahora aprobada implican un impacto directo y muy peligroso para las personas que quieren disfrutar en los próximos meses del medio natural, para los espacios naturales y para las especies protegidas. El que se permita cazar con escopeta en tanta superficie de terreno, incluso en o en colindancia con zonas de seguridad, y en época de buen tiempo es una grave irresponsabilidad que debiera ser inmediatamente corregida. Como lo es que se pueda pegar tiros en zonas protegidas de la Red Natura 2000 y en épocas del año donde se precisa de tranquilidad para que las especies, protegidas o no, puedan completar su ciclo reproductor.

Conviene recordar que la resolución incluye y afecta a espacios de la Red Natura 2000, como ZEPA y LIC, y también da pie a que se pueda cazar en zonas de cría de especies protegidas, tales como determinados cultivos agrícolas de secano, las zonas de ribera o incluso espacios forestales colindantes a los cultivos.

Por el contrario, nada dice ni la resolución ni la Consejería de las soluciones estructurales que pasan por la actuación sobre las infraestructuras para que dejen de ser cobijo de madrigueras de conejos, ni de la autoprotección de los cultivos mediante mallas conejeras, ni de la mejora de los hábitats naturales para que sirvan de barrera de protección ni del fomento de especies predadores. En este último punto, resulta particularmente contradictorio que en los mismos cotos en los que se va a permitir masacrar a los conejos se pueda autorizar el control de sus predadores naturales, entre ellos el zorro.

Por último, Ecologistas en Acción quiere denunciar que esta resolución, que toma el relevo de lo que se denominaba descaste del conejo, facilita que los cotos de caza hagan negocio y vendan la caza fuera de la temporada general. Lo que contribuye al interés de los mismos para que se perpetúen esas superpoblaciones que dicen combatir. La caza comercial, una vez más amparada en una ley retrógrada, se ofrece a resolver un problema que a ella misma le interesa y mucho que se mantenga en el tiempo para seguir ganando dinero a costa de los daños al medio ambiente y a los cultivos.