• Según la información recientemente publicada, la fiscalía investiga a la empresa minera australiana Berkeley por delito ambiental, debido a la tala de encinas centenarias y la extracción de más de 25.000 m³ de suelo sin contar con los permisos oportunos.
  • Bajo el pretexto de una exploración geológica, la empresa minera inicia sin terminar los trámites necesarios la apertura de la que podría ser la única mina de uranio a cielo abierto de toda Europa.
  • Ecologistas en Acción señala que esta explotación no solo supone incrementar los riesgos de salud de las poblaciones cercanas, sino que además hipoteca el futuro del Campo Charro (Salamanca) por una explotación que no parece ser rentable.

La Empresa Nacional del Uranio S.A. (ENUSA) cerró la última mina de uranio en el año 2000 por no ser rentable. A pesar de ello, Berkeley compró los derechos de parte de los recursos uraníferos declarados como no estratégicos por su baja concentración a ENUSA por unos 49 millones de euros. Según fuentes de ENUSA, el coste de producir una libra de óxidos de uranio con mineral de ese yacimiento ascendía a más de 100 dólares por libra. Si se considera que el precio actual del uranio es de 24,28 dólares, parece clara la falta de rentabilidad de la mina planteada en Retortillo y Villavieja de Yeltes. Para Ecologistas en Acción, “esta mina parece ser un proceso especulativo que nos está saliendo demasiado caro. Se está jugando con el futuro de toda una comarca». Este hecho fue evidente cuando Berkeley adquirió los derechos de explotación, ya que se triplicó el valor de sus acciones en la bolsa.

Como denunciaron la plataforma Stop Uranio y otras organizaciones, la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) positiva que otorgó la Junta de Castilla y León parece ignorar de forma temeraria las afecciones a espacios protegidos dentro de la red Natura 2000, como los LIC y ZEPA de los ríos Huebra y Yeltes. Una DIA que incluso da por buenas medidas correctoras del impacto ambiental tan ineficaces como regar el terreno para que no se levante polvo radiactivo cuando se produzcan explosiones de barrenos. También deja sin definir medidas correctoras clave como las que afectan al transporte entre los distintos huecos que se abrirán en todo el territorio.

Una mina con enormes impactos ambientales y sociales, cuya explotación generará significativas emisiones de polvo de mineral de uranio y de gas radón, ambos radiactivos, que afectarán a la salud de las personas. Los estudios epidemiológicos realizados en los yacimientos de uranios españoles y portugueseó demuestran como se producen notables aumentos en la aparición de enfermedades como la leucemia (67 % en Andújar), cánceres de riñón (37 %) y de pulmón (12 %).

Por tanto, en opinión de Ecologistas en Acción lo más sensato sería acabar con el sinsentido de este atentado ecológico e interrumpir las actividades en la zona, evitando con ello la aspiración de Berkeley de seguir con los trabajos y con sus intenciones de vender estos derechos mineros a otras compañías.