La Semana sin Pesticidas es una campaña anual internacional que este 2017 alcanza su decimosegunda edición con actividades en 20 países y la implicación de más de 400 organizaciones preocupadas por la salud, el medio ambiente y los derechos del sector agrario. Ecologistas en Acción, como parte de esta campaña, llevará a cabo diversas actividades dirigidas a sensibilizar sobre la problemática ligada a los plaguicidas y las alternativas al uso de estos venenos.

La primavera no solo comienza con el florecimiento de las plantas y el aumento de las horas de sol, sino también con la fumigación de pesticidas en los campos, parques, cunetas y jardines. Por este motivo, más de 400 organizaciones en todo el mundo se han coordinado para organizar la Semana sin Pesticidas, diez días de acciones para sensibilizar a la población y a las administraciones sobre la importancia de retirar estos venenos de nuestra alimentación y de nuestro entorno. Ecologistas en Acción, como parte de esta campaña, ha organizado múltiples actividades en distintas ciudades españolas y ha editado en papel algunos materiales informativos.

España es el país europeo con mayor consumo de pesticidas, con un consumo que supera las 40.000 toneladas anuales y la aplicación media de 3 kg/ha, alcanzando en el caso del viñedo los 12 kg/ha entre herbicidas, insecticidas y fungicidas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cerca de un quinto de los 12 millones de casos de cáncer que se diagnostican cada año en el mundo se pueden atribuir a exposiciones ambientales y ocupacionales. Éstos y otros datos de la OMS vienen a confirmar que muchas de las enfermedades no infectocontagiosas se derivan de la exposición química ambiental en su concepto más amplio: alimentación, hábitos de vida y medio ambiente.

El uso de pesticidas en agricultura ha sido creciente desde la revolución verde y ha contaminado aguas, suelos y alimentos, provocando importantes problemas ecológicos y sanitarios. Muchos de los plaguicidas utilizados son retirados tras comprobarse su elevada toxicidad después de años de utilización y son múltiples las publicaciones científicas que relacionan nuestro contacto cotidiano con herbicidas e insecticidas con cánceres, enfermedades degenerativas, deficiencias neurológicas y alteraciones del sistema endocrino.

Por todo lo anterior, cada vez se extienden y demandan más alternativas para la producción de alimentos y para la gestión de los espacios públicos que no impliquen el uso de pesticidas, que sean ecológicamente más sostenibles y socialmente justas. La superficie dedicada al cultivo ecológico no ha dejado de crecer en nuestro país en los últimos años y, aunque aún la mayor parte de los alimentos ecológicos producidos en España se exportan al extranjero, el consumo nacional de alimentos libres de pesticidas va aumentando.

En paralelo más de 200 administraciones públicas han acordado algún tipo de protección de la ciudadanía frente a plaguicidas, comprometiéndose a no utilizar el controvertido herbicida glifosato en zonas públicas, no usar productos de limpieza clasificados como disruptores hormonales en edificios públicos o directamente hacer una gestión ecológica de parques y jardines.

Asimismo actualmente hay una recogida de firmas para la Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) con la que se apela a la Comisión Europea a que proponga a los Estados miembros la prohibición del glifosato, la reforma del procedimiento de aprobación de pesticidas y el establecimiento de objetivos de reducción del empleo de pesticidas de carácter vinculante en toda la Unión Europea.