El 27 de abril, con 54 votos a favor, la abstención de la representante británica del UKIP [1] y dos votos en contra del FN francés [2], el Parlamento Europeo ratificó el Convenio de Minamata de las Naciones Unidas sobre el mercurio, un tratado internacional de obligado cumplimiento diseñado para proteger la salud humana y el medio ambiente del mercurio.

El Convenio de Minamata prohíbe las nuevas minas de mercurio y prevé la eliminación gradual de las existentes, prohíbe la exportación de compuestos de mercurio, prevé la reducción y eliminación gradual del uso de mercurio en varios productos y procesos e impone medidas de control de las emisiones al tiempo que aborda los requisitos de su almacenamiento y eliminación.

También prohíbe las amalgamas dentales (empastes con mercurio) en niñas y niños menores de 15 años y en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, así como el uso de mercurio en la minería artesanal de oro a pequeña escala.

El mercurio es un metal pesado altamente tóxico que supone una amenaza mundial debido a su persistencia en el medio ambiente, su alta volatilidad, que le permite recorrer grandes distancias en la atmósfera, su capacidad de acumularse en el organismo y los ecosistemas y sus graves repercusiones en la salud.

El mercurio puede afectar gravemente al sistema nervioso, cardiovascular, inmune y reproductor y su capacidad de atravesar la placenta lo hace especialmente peligroso para los niños y las mujeres embarazadas o en edad fértil. Según la Organización mundial de la Salud (OMS), la inhalación de vapores de mercurio puede provocar cáncer, temblores, insomnio, pérdidas de memoria, problemas neuromusculares y cefaleas.

En España, las principales fuentes de contaminación por mercurio son las centrales térmicas de carbón y las plantas de producción de cloro.

[1] Partido de la Independencia del Reino Unido (en inglés, United Kingdom Independence Party)

[2] Frente Nacional (FN) (en francés: Front National)