El día 7 de junio de 2017 salió publicado en el Boletín Oficial de CyL el plan de lucha contra los cebos envenenados. Un plan muy necesario, esperado y que ha tenido una laboriosa redacción. La calidad del documento aparentemente es buena. En su tramitación ha participado activamente Ecologistas en Acción, en especial en lo relativo a la organización del operativo, a las labores de prevención y disuasión, y en las actuaciones concretas en casos de envenenamiento; más allá de las tareas de recoger cebos y cadáveres que es básicamente lo que se venía haciendo hasta ahora.

Han pasado ya 12 años desde que en 2005 España aprobó una Estrategia para erradicar los cebos envenenados del medio natural. Castilla y León aprobó su homóloga regional en el año 2011. En este intervalo de tiempo ha habido algunas declaraciones como las del Director de Medio Natural, José Ángel Arranz, que en el año 2013 clausuró una reunión con grupos ecologistas con el anuncio de que en un mes aprobaría el citado Plan.

En todo este periodo de inacción el problema no sólo no se ha solucionado sino que se ha incrementado: más episodios de envenenamiento, más virulentos y con graves consecuencias para la conservación de especies como el águila imperial, en peligro de extinción. Además en estos años el veneno ha sido la causa de que el milano real haya sido catalogado como En Peligro de Extinción y el Alimoche como Vulnerable. En el caso del Oso pardo, los cebos envenenados son una amenaza muy temida.

Los datos así lo confirman. Según un estudio de WWF-SEO/Birdlife del año 2016 sólo se detecta el 10 % de los casos de envenenamientos, y en 20 años en CyL se estima que se han envenenado 43.430 animales. En un estudio de Ecologistas en Acción de febrero de 2017, se mostraba que Castilla y León registró casi uno de cada cuatro envenenamientos de fauna silvestre en España entre 2010 y 2015-, contabilizándose 227 ejemplares afectados en 14 casos de envenenamiento.

En general el Plan nos parece bastante bueno, está bien estructurado y tiene unos objetivos bien definidos, con una organización y una estructura de los recursos humanos que nos parece increíblemente positiva respecto a la realidad actual. Aunque hay cuestiones incomprensibles para los ciudadanos como es la de no establecer directamente un sistema de avisos a través del 112, y tener que estar usando teléfonos provinciales de incendios que en algunas provincias tienen vetado recoger avisos de incidentes ambientales distintos a los incendios (vertidos, episodios de contaminación, etc).

En cualquier caso se establece un sistema de periodicidad anual para actualizar la formación del personal interviniente y para evaluar el plan, que esperamos sirva para implantar algunas de las mejoras que desde Ecologistas en Acción ha hecho llegar a la Junta de CyL antes de su aprobación. También es loable que en esta evaluación se de voz a la participación pública, que esperemos que no sea un mero y absurdo trámite burocrático como es el Consejo Regional de medioambiente, donde los representantes directos o indirectos de la administración son mayoría, y que no sirve ni siquiera para dialogar.

En el Plan observamos que en los Centros de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) no se ha incluido un sistema de vigilancia de la salud de la fauna silvestre, más allá de lo referente a cebos envenenados ilegales y el clásico control de epizootias, tal y como existe en otras CC AA, donde se hace un control sobre la presencia de sustancias tóxicas en el organismo de fauna muerta por causas indeterminadas, y en especial de bromadiolona y otros rodenticidas que se están usando con autorización de forma masiva, y cuyo efecto sobre la fauna silvestre no se conoce, en tanto que no se investiga. Lo cual es un mal precedente para concienciar y sensibilizar en el medio rural.

Ahora sólo queda esperar a que lo apliquen y sean visibles los resultados de su trabajo.