El Gobierno vetó el pasado viernes la proposición de Ley de Protección del Mediterráneo frente a las prospecciones de hidrocarburos, en base a supuestos criterios económicos, demostrando, una vez más, que sus políticas cortoplacistas dan escaso valor a la protección medioambiental. Aunque la oposición parlamentaria tenía capacidad de levantar el veto en la mesa del congreso, Ciudadanos se alió con los postulados del PP, acabando con el recorrido parlamentario de esta proposición de ley.

Ecologistas en Acción une su voz a la de la Alianza Mar Blava, para lamentar la decisión del Gobierno y del grupo parlamentario de Ciudadanos e instarles a reconsiderar su postura. Debemos recordar que esta proposición de ley es una demanda con amplio consenso social, impulsada por más de 130 entidades de los sectores público y privado, así como de la sociedad civil, aunadas en la Alianza Mar Blava. Más aún, la proposición de ley contaba con el respaldo unánime del Parlament balear, que registró esta proposición en las cortes. Aunque queda la vía del recurso, que los servicios jurídicos del Parlament balear están estudiando, el futuro inmediato de esta iniciativa es ahora mismo incierto.

Este varapalo a la protección medioambiental de nuestros mares llega en un momento especialmente delicado. En el área balear- levantino- catalán hay dos proyectos de sondeos acústicos, varios permisos de investigación de hidrocarburos en vigor, un permiso de explotación frente a las costas de Tarragona. Además de la contaminación continuada que puede generar la explotación de hidrocarburos, los permisos de investigación tienen asociado un importante riesgo de accidentes, a menudo con consecuencias catastróficas: desde una liberación explosiva de gas (blowout) hasta un vertido accidental de hidrocarburos. A pesar de que las compañías petrolíferas advierten de la baja probabilidad asociada a estos eventos, los vertidos que se vivieron en los pozos de Repsol frente a Tarragona en 2009 parecen indicar lo contrario. El riesgo es particularmente alarmante en esta zona del mediterráneo español, ya que alberga áreas de especial interés ambiental como gran parte de la costa de Ibiza y Formentera, la Albufera de Valencia o la reserva natural de las Islas Columbretes (todas ellas bajo distintas figuras de protección). Además, los pueblos costeros limítrofes dependen en gran medida del turismo y de la pesca, y por lo tanto, de la buena salud del medio marino y sus recursos.

La fase inicial de las prospecciones, la de adquisición sísmica, también supone una importante amenaza para el medio marino. El efecto de los pulsos sónicos que se producen durante esta fase es especialmente dañino para las poblaciones residentes de mamíferos marinos (delfines, cachalotes y calderones entre otros), y además, este enclave mediterráneo constituye un canal migratorio para los grandes rorcuales. Los pulsos acústicos pueden causar lesiones letales a los mamíferos marinos que se encuentren en las inmediaciones y se han relacionado con eventos de varamientos masivos. Estos animales utilizan señales acústicas tanto para orientarse como para comunicarse y alimentarse, por lo que las prospecciones interfieren en su comportamiento causando desorientación y alteraciones del comportamiento alimenticio. Pero los pulsos sónicos que se emiten durante las prospecciones no afectan sólo a los mamíferos marinos, sino que también alteran el comportamiento de los peces, que tienden a alejarse de la fuente de emisión, de modo que las capturas pesqueras disminuyen temporalmente en un radio de decenas de kilómetros con las consecuentes pérdidas económicas para el sector pesquero.

Desde Ecologistas en Acción instamos al Gobierno a reconsiderar su posición poniendo en el foco la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible que dicen promover. Pedimos a la vez unidad al resto de fuerzas para blindar las aguas jurisdiccionales españolas a las prospecciones de hidrocarburos. Y a todos ellos les recordamos la fuerte contestación social que generan las prospecciones de hidrocarburos, que ya ha sido capaz de parar por medio de la acción popular varias de las prospecciones proyectadas.

Las prospecciones de hidrocarburos en nuestros mares tienen un coste ambiental inasumible y perpetúan un modelo energético obsoleto. Urgimos a nuestros gobernantes a asumir que este modelo continuista nos conduce a un futuro incierto y que es imprescindible aumentar la inversión en I+D+I para poder transitar hacia un modelo basado en energías renovables en el que el desarrollo sostenible comience a ser una realidad.