• Ecologistas en Acción presentará alegaciones contra la reapertura de Garoña, dado el mal estado de seguridad en que se encuentra la central nuclear y el irregular proceso que previsiblemente conducirá a la luz verde del Gobierno.
  • El Ministro de Industria prometió un debate público que no ha tenido lugar. Solo se ha producido una disputa entre las dos grandes eléctricas propietarias.

El debate público anunciado por el Gobierno, previo a la decisión de renovar o no el permiso de funcionamiento de la central nuclear de Garoña (Burgos), ha sido inexistente. Las únicas discusiones que han existido han sido las mantenidas entre Iberdrola y Endesa, las eléctricas propietarias de Garoña. La primera manifiesta su intención de no reabrir la central mientras la segunda apuesta por su continuidad. El Gobierno, por su parte, siempre fue favorable a la reapertura de esta peligrosa y obsoleta central. Estas presiones al Gobierno pueden terminar en una mejora económica de la producción electronuclear por parte de ejecutivo.

El debate público real no puede sustituirse por un corto periodo de 10 días para presentar alegaciones, y mucho menos por las discusiones a puerta cerrada entre el Gobierno y las dos eléctricas anteriores.

Para Francisco Castejón, portavoz de Ecologistas en Acción y del Movimiento Ibérico Antinuclear, «la ausencia de debate público real es una muestra de la falta de democracia que existe en torno a las decisiones sobre la energía nuclear. El Gobierno y el sector eléctrico desean prolongar el funcionamiento del parque nuclear sin que se produzca un debate con participación ciudadana sobre el futuro energético. Asimismo, la central de Garoña no debería reabrirse dadas las penosas condiciones de falta de seguridad de la central, que introduce un riesgo para la zona y para toda la cuenca del Ebro».

Las alegaciones de Ecologistas en Acción irán en dos sentidos: por un lado pondrán de manifiesto el estado de la central y por otro denunciarán la forma en que se ha realizado el proceso.

La falta de seguridad de la central se pone de manifiesto por los propios informes del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), en que se muestra el lamentable estado del sistema de protección contra incendios, de diversos sistemas de control y de seguridad, de los venteos de la contención, del aislamiento de radiaciones de la sala de control. Además, en la última acta trimestral de la inspección del CSN se podía apreciar la absoluta dejadez de la empresa propietaria en el mantenimiento de la central, pues mostraba la existencia de piezas caducadas, de otras cuya fecha de caducidad estaba falseada, de sistemas de megafonía que no funcionaban y de una pésima gestión del almacenamiento de los residuos radiactivos de media y baja actividad, que ha conducido incluso a la rotura de los bidones y al esparcimiento de los residuos.

El procedimiento administrativo por el que se ha llegado hasta aquí es verdaderamente irregular. El CSN emite en febrero de 2017 un informe favorable a la petición de Nuclenor de prolongar el funcionamiento de Garoña, a pesar de que esta era por 17 años, lo que nunca se había realizado, puesto que el CSN solo había otorgado permisos de 10 años hasta la fecha, y además contraviene las indicaciones sobre buenas prácticas del Organismo Internacional de la Energía Atómica. El CSN emite este informe favorable sin que Garoña haya introducido aún las mejoras solicitadas por el CSN (la última en 2015) y sin estar aprobada la última Guía de Seguridad.

Por todo esto, Ecologistas en Acción y el Movimiento Ibérico Antinuclear presentarán alegaciones contra la reapertura de esta central y seguirá luchando para que Garoña no se reabra.