Durante la estancia del velero Diosa Maat en Melilla se realizó una limpieza de fondos y litoral con la colaboración del club de buceo Ánfora. El motivo de esta acción era visibilizar y denunciar los vertidos plásticos que llegan al Mediterráneo desde nuestras ciudades, siendo el ecosistema del Mar de Alborán uno de los más perjudicados por este tipo de vertidos, por sus especiales características ambientales.

Navegamos con el velero y dos embarcaciones de apoyo hasta el punto donde estaba prevista la inmersión de los buceadores, pero una vez en este punto decidimos suspender la actividad debido al fuerte levante, que complicaba toda actividad bajo y sobre el mar.

Nos encaminamos por tierra hasta uno de los puntos previstos, la cala de Trápana, uno de los lugares más bellos y con más historia de Melilla, y que en la actualidad se ha convertido por desgracia en la prueba palpable de que no hay lugar del litoral que se libre de los vertidos plásticos por muy aislado que esté.

El acceso era complicado, pero la motivación de los voluntarios pudo más que las dificultades. Después de recoger los abundantes desechos plásticos que se encontraban bajo la arena, enganchados en las rocas, bajo el agua y sobre los islotes, y de llevar como pudimos los sacos hasta la playa de Galápagos, dimos paso a la siguiente actividad, el taller de residuos.

Llevamos todos los residuos a la plaza de los Pescadores, los pesamos (142,6 kg) y los expusimos para que los ciudadanos comprobaran el alcance de la amenaza. Miembros de la tripulación del velero y de Guelaya-Ecologistas en Acción explicaron cómo afecta cada tipo de residuo (poliespan, redes, latas, bolsas) al ecosistema y de qué forma terminan en la cadena trófica y pasan a los alimentos que consumimos.