Ecologistas en Acción cree que es una irreponsabildad que el puerto señale que el barco remolcado a Motril, no represente «riesgo» para las personas o el medio ambiente.

Se basa solamente en el Documento Único de Escala (DUE), que emitió la Dirección General de la Marina Mercante y que sólo indica el cargamento del barco en origen.

Aún así, entre los varios tipos de fertilizantes que transportaba el buque Cheshire, sí los había que podían arder -la prueba está en que sucedió- por lo que no se puede decir alegremente que no hay riesgo para las personas o el medio ambiente.

De todas formas, habría ya que olvidarse del contenido original del barco, ya que el propio armador, la compañía Bibby Line Limited, en diferentes comunicados emitidos a los medios de comunicación en los días anteriores al atraque en Motril, reconoce con respecto a la carga, que:

- “ el fuego parece haberse reducido o incluso apagado en las bodegas 4 y 5, de las que ya no sale humo como ocurría en días anteriores, si bien persiste en la bodega 3 y se desconoce si afecta a las bodegas 1 y 2, de las que se cree que no sale humo” (21 de agosto).

- “las bodegas 3, 4 y 5 ya se han apagado y la carga se ha descompuesto. Las bodegas 1 y 2 desafortunadamente están ahora activas, lo cual impide la subida al buque debido al calor y al humo” (23 de agosto)”.

- “para la carga ya es tarde, «Incluso enfriándola con agua» se considera que será prácticamente imposible recuperar una mínima parte” (28 de agosto).

Y con respecto al destino del barco siniestrado,

- “la portavoz del armador, Sheena Campbell Royle, no especifica si ese puerto se encuentra en Canarias o fuera del archipiélago».

Sí dice que el lugar escogido debe estar preparado para descargar la carga que resta en sus cinco bodegas o residuos que queden en ellas y, por supuesto, donde éstos puedan ser tratados. Canarias no cuenta con ninguna planta que pueda tratar esos residuos” (2 de septiembre).

Vemos claro que lo que llega a Motril no son fertilizantes NPK, que han ardido casi completamente, sino sus residuos, que deberían ser analizados por una empresa acreditada por la E.N.A.C. (Entidad Nacional de Acreditación) ya que, probablemente, sean tóxicos, según se desprende de las declaraciones de la propia compañía Bibby Line Limited.

Otro tema es que el barco partió de Noruega con 42.654 toneladas de fertilizante NPK. Tras arder es obvio que se perdiera parte de su masa en los diferentes gases de la combustión, pero no cuadra la pérdida en la diferencia de calado que presentaba el barco entre el final del incendio y su llegada a Motril.

Por último, la autoridad portuaria, o la dirección General de la Marina Mercante, como responsable de la decisión de meter este pufo en Motril, deberían justificar la inocuidad de la carga para la salud de las personas y para el medio ambiente, diciendo, claramente, qué compuestos han quedado tras el incendio y el destino reservado para ellos en las plantas especiales de tratamiento, que debe tener la provincia de Granada y que no disfrutan en la Comunidad autónoma de Canarias.