El pasado mes de julio se conoció la sentencia firme y no recurrible del Tribunal Supremo que anula la autorización ambiental integrada y la declaración de impacto ambiental que permiten quemar residuos en la cementera de Morata de Tajuña. Dos meses después, la cementera continúa incinerando residuos y la Consejería de Medio Ambiente ha ideado un procedimiento para eludir la ejecución de sentencia.

El 18 de julio de 2017, el Tribunal Supremo estimó el recurso de casación, interpuesto en 2016, por Ecologistas en Acción y la Asociación de Vecinos de Morata de Tajuña y anuló la resolución que autorizaba la modificación sustancial de la autorización ambiental integrada y la declaración de impacto ambiental para la instalación de fabricación de cementos Pórtland Valderrivas S.A, en el término municipal de Morata de Tajuña. Esta resolución era la que permitía a la cementera a incinerar residuos.

Tras la decisión judicial, a juicio de vecinos y ecologistas, la Consejería de Medio Ambiente debe tramitar un nuevo procedimiento de evaluación ambiental que finalice con la emisión de la correspondiente declaración de impacto ambiental (DIA). Es la DIA, la que a efectos ambientales informa favorable o desfavorablemente la valorización energética (incineración) de residuos en la cementera. En caso de que la DIA fuera positiva, se podría tramitar la autorización ambiental integrada. Si fuera negativa se desestimaría esa actividad.

Mientras se tramitan los nuevos procedimientos debería paralizarse la incineración de residuos, dado que la cementera ha perdido la cobertura legal que le autoriza a valorizar energéticamente residuos. La resolución anulada por sentencia autorizaba a quemar, entre otros residuos, hasta 50.000 toneladas de neumáticos y hasta 240.000 toneladas de lodos secos al año.

Sin embargo, la Consejería de Medio Ambiente, además de no instar a la cementera Pórtland Valderribas a paralizar la valorización energética de residuos, ha iniciado un procedimiento irregular para eludir esa medida.

La Dirección General del Medio Ambiente, en lugar de iniciar un nuevo procedimiento de evaluación ambiental, ha empezado por el final. Ha emitido la DIA (que debería ser el último paso), sin procedimiento participativo previo y la ha sometido a información pública. Según la normativa vigente de evaluación ambiental, la DIA no se somete a información pública porque es el pronunciamiento final de la administración. Lo que debe someterse a información pública es la propuesta o estudio de impacto ambiental presentada por el promotor, en este caso Pórtland Valderribas. En ese documento debe justificarse la inocuidad para la salud y el medio ambiente, de la quema de residuos.

Según vecinos y ecologistas, con esta maniobra, la Consejería de Medio Ambiente elude someter a información pública la cuestión más problemática, la valorización energética de residuos. Al emitir directamente una DIA favorable impide el cuestionamiento de la incineración de residuos y justifica la no necesidad de paralizarla.

Ante esta situación, la Asociación de Vecinos de Morata de Tajuña y Ecologistas en Acción, en ejecución de la sentencia del Tribunal Supremo, han solicitado al Director General del Medio Ambiente que comunique a Portland Valderribes la paralización de la incineración de residuos. Al mismo tiempo han presentado alegaciones al irregular periodo de información pública de la DIA, pidiendo su nulidad.

Vecinos y ecologistas lamentan la irresponsabilidad de la Consejería de Medio Ambiente y el desprecio a la salud de las personas que viven en el entorno de la cementera. En el municipio existe un importante problema de salud pública que agrava la incineración de residuos. Según el Atlas de mortalidad en municipios y unidades censales de España 1984 – 2004 (periodo anterior a la incineración de residuos), publicado por la Fundación BBVA, el índice de mortalidad para las mujeres de Morata de Tajuña es un 102 % mayor que la media nacional por infecciones de las vías respiratorias y neumonía y hasta un 301 % más por enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores y un 20 % más de muerte por cáncer de mama o de colon.