Un proyecto que abarca más de 1.000 hectáreas forestales en los términos municipales de La Toba, San Andrés de Congosto, Zarzuela de Jadraque, Cogolludo, Hiendelaencina y Congostrina, todos ellos de la provincia de Guadalajara, está siendo ejecutado por Tragsa a instancias de la Confederación Hidrográfica del Tajo.

La actuación, consistente en el subsolado y semi-aterrazamiento de laderas vertientes al embalse de Alcorlo, para una posterior plantación forestal, está produciendo la roturación salvaje de las zonas conocidas como La Calera, Los Molinillos y el Cerro del Castillo. Con maquinaria pesada se elimina todo rastro de la abundante vegetación autóctona establecida en las mismas, se levanta la roca y se crean terrazas con el objetivo de reforestar en ellas.

Una actuación tan salvaje y mal diseñada como esta no se veía en años en la provincia de Guadalajara. En el proyecto se dice que se pretende asentar el terreno y evitar la erosión de forma que se pueda ampliar la vida útil del embalse. Sin embargo, esa función ya la cumple la vegetación existente y ahora se ve comprometida por una forma de actuar inaudita para los tiempos actuales. Si se quiere mejorar la vegetación forestal hay otras técnicas mucho más apropiadas y respetuosas con el entorno.

Este tipo de restauraciones hidrológica-forestal son comunes y normales en muchas zonas, pero en la que se ha realizado en este caso, se han utilizado medios y sistemas anticuados, que ya no se utilizan debido al impacto generado y por los efectos contraproducentes que pueden acarrear.

El proyecto inicial de restauración hidrológico-forestal data del año 2004 y se autorizó en el año 2011 con una declaración de impacto ambiental positiva, pero desde entonces la naturaleza ha ido evolucionando y se había desarrollado una vegetación que ya se intuía en el 2011 y que por desgracia en este momento está desapareciendo.

Además, en estos trabajos se están incumpliendo incluso las condiciones autorizadas al realizar los aterrazamientos en zonas con excesiva pendiente que van a aumentar necesariamente la erosión.

Entre los hábitats protegidos destruidos destacan zonas de turbera y brezales declarados de interés especial en Castilla-La Mancha, cuyo buen estado era una clara demostración de la evolución de la vegetación de la zona a una situación estable y de protección contra la erosión.

Al mismo tiempo están destruyendo el hábitat de la fauna que estaba establecida en la zona, como el gato montés, los tejones, corzos y otras muchas especies, incluidas aves protegidas como águila perdicera. Al desaparecer la cubierta vegetal tendrán que buscar nuevas zonas de desarrollo si no han perecido al paso de las máquinas.

Se da el agravante además que el proyecto se ejecuta en el entorno inmediato y en parte dentro de la Red Natura 2000 y en zonas declaradas sensibles de la Ley de Conservación de la Naturaleza de Castilla-La Mancha. En concreto del ZEC y ZEPA Sierra de Ayllón y el ZEC Riberas del Henares.

Exigimos a la Confederación del Tajo la inmediata paralización de los trabajos y que se revise y justifique la necesidad de los mismos de forma que se adecuen a las actuales metodologías, de forma que se reponga la vegetación eliminada en el caso que sea posible, se restauren las pendientes para evitar la erosión y el impacto visual.

Ecologistas en Acción ha remitido ya denuncia por estos hechos a la Dirección General de Política Forestal y Espacios Naturales de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.