El Picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) es un insecto incluido en el Catálogo Nacional de Especies Exóticas Invasoras. Especie originaria de Asia, se introdujo en la península a través del comercio de palmeras importadas para jardinería y se extiende actualmente lo largo del sur y este de la Península y en Canarias.

Se encuentra en expansión y resulta un grave peligro pues su afección supone la muerte de las palmeras, siendo una verdadera amenaza para la supervivencia de las palmeras autóctonas españolas, como el palmito y la palmera canaria, así como para los palmerales cultivados de importancia cultural. A su vez, resulta una amenaza para la supervivencia de las palmeras de carácter ornamental de parques, jardines y calles (palmera datilera, wasintonia,…), con las consiguientes pérdidas económicas relacionadas con la jardinería ornamental de palmeras que podría conllevar su desaparición.

El picudo, al reproducirse, deposita los huevos dentro en unos agujeros que hacen en las palmeras, siendo la larva (estado inmaduro del insecto) quien se alimenta de los tejidos vegetales y hace galería dentro de las mismas. Cuando llega a la madurez, la larva construyen un capullo y se convierte en adulto en el plazo de aproximadamente 1 mes. En la zona mediterránea, si las condiciones son favorables, se pueden desarrollar hasta 4 generaciones al año.

En Extremadura ya se tienen demarcados unos 75 focos de afección de picudo rojo en distintas regiones y sigue avanzando, siendo una grave amenaza para las palmeras canarias de nuestros pueblos y ciudades. Muchas de ellas son parte del patrimonio cultural, paisajístico y ambiental de nuestros pueblos y ciudades extremeñas.

Esta plaga requiere ser tratada desde todos los frentes, incluyendo todas y cada una de las escalas administrativas así como desde los propietarios privados, ya que algunas medidas tomadas o decididas unilateralmente por una sola administración lamentablemente no logran tener el alcance que se necesita para prevenir, evitar y frenar la propagación del picudo rojo en nuestra región.

Por ello, pedimos a la Junta de Extremadura, las Diputaciones de Cáceres y Badajoz, así como a la Federación de Municipios Extremeños que se junten y tomen medidas de forma coordinada frente a la plaga de Picudo rojo en la región extremeña para evitar su expansión y actuar eficazmente contra ella.

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