• Guelaya-Ecologistas en Acción solicita a la Ciudad Autónoma un esfuerzo en los presupuestos para conservación de la biodiversidad y para la lucha contra la contaminación.
  • No tiene sentido que la Ciudad Autónoma renuncie a crear los puestos de trabajo a los que se comprometió hace cinco años con la aprobación de los Planes de Ordenación de Recursos Naturales.

Los planes de ordenación de recursos naturales se aprobaron en julio de 2012 como condición impuesta por el Estado para poder contar con la Red natura 2000 en Melilla, o dicho de otro modo, para tener Zonas de Especial Conservación (ZEC).

Guelaya-Ecologistas en Acción defendió la necesidad de dotar a la ciudad de un plan de recursos naturales, presentó sus alegaciones, y posteriormente, firmó un acuerdo de colaboración con la consejería de Medio Ambiente para el desarrollo de los planes de ordenación de recursos en las Zec del barranco del Nano y Aguadú.

Pero no se han ejecutado desde que se aprobaron, y los puestos de trabajos directos e indirectos que esos planes requerían han quedado en el olvido.

El empleo verde que la ciudad se comprometió a crear cuando aprobó los planes de ordenación de recursos naturales en 2013, como mínimo decenas de personas vinculadas a 20 acciones, todavía está por llegar y son una oprtunidad para el presupuesto de 2018.

Se trata no solo de crear puestos de trabajo, sino de dotar a la propia Consejería de recursos humanos que puedan hacer frente al volumen de trabajo que tiene que abordar y que impide que lo planificado y aprobado en la Asamblea se cumpla.

Han pasado los años de la crisis, debemos entenderlo así con un presupuesto de la ciudad que crece, pero también lo debe hacer el presupuesto que desde hace 5 años la ciudad comprometió con la conservación de la biodiversidad y se ha mantenido en 0 euros.

Melilla sigue siendo el único territorio español que no ha aprobado la adquisición de equipos, ni fijos ni móviles, para analizar la contaminación atmosférica.

Es una cuestión de contaminación, pero sobre todo, de sanidad ambiental. Los datos del año pasado sobre muertes prematuras que la Agencia europea de medio ambiente hizo públicas estableció en 30.000 muertes prematuras las que se produjeron en España, y 520.000 los fallecimientos en la UE por la contaminación atmosférica.

Año tras año seguiremos pidiendo a la Ciudad Autónoma que asuma su responsabilidad en informar a la población de repuntes en la contaminación atmosférica, no solo de la producida en nuestra ciudad, sino de cualquier fuente de contaminación exterior a Melilla, por causas naturales o provocadas por acciones humanas.

Es un problema sanitario vinculado a personas que tienen problemas respiratorios, por patologías conocidas o por alergias. No importa si hay partículas de polvo sahariano en el aire provocadas por los vientos del sur, o es otra la causa de la contaminación.

El control del comercio atípico, que está intentando ordenar la Ciudad Autónoma, es una oportunidad para exigir no solo que lo realicen 75 furgonetas, sino que se exija que tengan la ITV pasada.

También están afectadas por el aire que respiran colectivos profesionales específicos, como por ejemplo policías y guardias civiles, que han emitido quejas a través de sus sindicatos por los humos que respiran en las fronteras, ya que la mayoría de coches que entran en Melilla para el comercio atípico, cientos, jamás pasarían una inspección ITV en España. Probablemente el que no se quiera asumir el cumplimiento de normativas legales con los coches del comercio atípico sospechamos que tenga que ver con el hecho de que las estadísticas de la DGT afirmen que más del 25 % de los coches de Melilla no pasan la ITV. En 2015 eran 12.237.

Las personas afectadas tienen derecho a que se les avise de lo que van a respirar si salen a la calle, como en cualquier otro sitio de la UE.