En los últimos dos meses, se han recibido en Ecologistas en Acción de Albacete diferentes proyectos para varias localidades de la provincia, incluso en la capital, que si se llevan a efecto, van a tener graves impactos ambientales en el entorno de los mismos y en recursos tan importantes como los acuíferos, el suelo o el aire. Nos referimos a varios proyectos de macrogranjas de cerdos en El Bonillo, Chinchilla de Montearagón, Pozuelo o el mismo municipio de Albacete, además de una solicitud para ampliar la autorización de una planta de tratamiento de residuos inertes en Hoya Gonzalo, para gestionar, incluso a través de la incineración, residuos tóxicos, peligrosos, electrónicos y hospitalarios, incluso infecciosos.

En Ecologistas en Acción valoramos muy negativamente que diferentes empresas de comunidades como Murcia o Cataluña, hayan puesto sus ojos en nuestra provincia para poner en marcha proyectos que no les permiten, o les supone rigurosos condicionantes ambientales, en las suyas. Denunciamos que estas empresas aprovechen la crisis para ofrecer puestos de trabajo en condiciones precarias, incluso con riesgo para la salud, a trabajadores de nuestra provincia, por la baja cualificación que requiere.

En el caso de las macrogranjas de cría o de engorde de cerdos, se trata de instalaciones que tienen un gran impacto ambiental, tanto en los recursos (grandes demandas de agua y contaminación de las mismas, contaminación del suelo) como en las localidades próximas (olores y propagación de insectos molestos).

Especialmente problemático puede ser el proyecto de una macrogranja de cría de lechones de cerdos en Pozuelo. Se trata de una instalación de nueve naves de gran tamaño, a menos de 2 km de algunos núcleos habitados, como pedanías de Pozuelo y del propio municipio de Albacete, que es el caso de Argamasón. En esas naves se pretende que por medio de más de 18.000 hembras reproductoras, se puedan criar más de medio millón de lechones al año (unos 550.000 aprox), que luego irían a otras macrogranjas donde serían engordados para luego enviarlos al matadero y trasformación a una gran factoría de una multinacional con sede en Alhama de Murcia. Si se llegase a construir esta macrogranja de recría de lechones en Pozuelo, serían necesarias entre 25 y 40 nuevas macrogranjas de engorde en un radio de máximo de 50 a 100 km, es decir, en nuestra misma provincia. Una de ellas, posiblemente, es la que ya ha conseguido la autorización de la Junta, en la localidad de El Bonillo, y que tiene una capacidad de 7000 cerdos de engorde. Curiosamente, el alcalde de esta localidad votó en diciembre, en el Pleno de la Diputación, una moción contraria a la construcción de macrogranjas de cerdos, presentada por el grupo de IU-Ganemos. Y, paradójicamente, es el alcalde de Chinchilla, y diputado de ese grupo, el otro protagonista de otro proyecto de macrogranja para 2500 cerdos, que por un lado presenta la moción y, por otro, ha ocultado este proyecto a sus vecinos, que se han dirigido a esta asociación para conocer los detalles del mismo.

Lo más preocupante es lo manifestado este fin de semana en FITUR (la feria internacional de turismo) por el Consejero de Medio Ambiente de la Junta, en el que se pronunció a favor de estas macrogranjas como motor de “desarrollo rural”. Es inconcebible que, a la vez que se pretende promocionar el turismo en Castilla La Mancha, se apoye una forma de producción ganadera intensiva, que ahuyenta a los visitantes de los pueblos por los olores y molestias que genera, como se ha demostrado en las comunidades donde llevan décadas sufriendo la problemática de estas instalaciones.

Finalmente, queremos alertar sobre los riesgos que conllevaría la autorización para que se amplíe la planta de residuos de Hoya Gonzalo. Se trata de una planta que tiene autorización exclusivamente para la gestión de residuos inertes, como escombros, maderas, plásticos y similares, y ha solicitado autorización para gestionar todo tipo de residuos peligrosos y tóxicos, incluso hospitalarios. Al parecer, la empresa tiene la gestión de los residuos de varios hospitales de Cataluña y su intención es tratarlos en esta localidad de Albacete, lejos del control ambiental más riguroso de su comunidad. Se da la circunstancia que esta empresa ya solicitó en su momento la autorización para el tratamiento de este tipo de residuos y la Junta lo denegó ante las denuncias de nuestra asociación. Ahora vuelve a intentarlo y confiamos en que los mismos criterios que desautorizaron en aquella ocasión, vuelvan a imponerse en estos momentos.

Nos parece muy preocupante que el destino de las comunidades menos desarrolladas y con más desempleo, sea convertirse en el basurero o en el engorde de cerdos, para empresas que luego se benefician del valor añadido de esas instalaciones, lejos de nuestra comunidad, dejando un rastro de contaminación y de olores y suciedad. Confiamos en que estos proyectos no sean autorizados y por eso hemos presentado alegaciones en todos los casos, ante los órganos administrativos correspondientes, pero será la actuación de los vecinos de cada localidad, la que, en último término, permita o impida que los proyectos se hagan realidad.