Los periodos de sequía son habituales en nuestro país, pero la actual situación se viene alargando debido a los efectos del cambio climático y se repetirá con mayor periodicidad, produciendo graves afecciones en el medio natural, especialmente en aquellos ecosistemas que dependen más directamente de la disponibilidad de agua (zonas húmedas y ríos).

La actividad humana en forma de proyectos urbanísticos es otra de las amenazas que por ejemplo acechan a alguno de nuestros humedales como la laguna de Lor. Ecologistas en Acción de la Ribera llama la atención sobre estos hechos en la celebración del Día Mundial de los Humedales (2 de febrero).

Las funciones de los humedales son vitales tanto para la naturaleza y biodiversidad como para la supervivencia de personas. Pese a su gran importancia, estos espacios, según determinó la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio en 2005 están desapareciendo a un ritmo mayor que el de ningún otro ecosistema. Esta tendencia, lejos de revertirse, se ha acelerado en los 18 años que llevamos de siglo (3,7 veces mayor). Diversos estudios coinciden en cifrar la pérdida de humedales desde 1900 entre el 64 % y el 71 %. Como causantes directos de este deterioro de los humedales se señala, entre otros, al cambio climático y la sobreexplotación de agua disponible.

El 2017 fue un año extremadamente seco, lloviendo un 29 % por debajo del período de treinta años anteriores. También la temperatura media de la última década es 0,9 grados superior a la de los treinta años anteriores. Bajo estas condiciones, el agua disponible de ríos y acuíferos se ha reducido un 20 % en 25 años.

El uso abusivo de agua en prácticas como la agricultura, que utiliza el 94 % del agua disponible, agrava el problema. A pesar de las peticiones de Ecologistas en Acción a nivel nacional, en el actual periodo de sequía no se han tomado medidas de ahorro preventivas o reducción de las dotaciones. A pesar también de contar cada vez con menos disponibilidad de agua, la superficie de nuevas zonas de regadío se ha incrementado en España un 20 % en el presente siglo.

Otra de las amenazas que hacen peligrar nuestros humedales es la actividad humana. A parte de nuestra preocupación por el estado del río Ebro o de la balsa del Pulguer, cuyos valores están desde hace tiempo muy mermados, estamos sumamente preocupados por la laguna de Lor. A día de hoy la laguna de Lor es el humedal mejor conservado de nuestra zona. Lamentablemente sobre su entorno hay proyectado un camping de grandes dimensiones, el cual podría contar con un embarcadero.

Este proyecto es sumamente especulativo y nos recuerda modelos basados en el pelotazo urbanístico. Volvemos a reclamar que se tengan en cuenta los valores faunísticos de la zona, donde destaca la gran diversidad de avifauna que acoge. Su situación biogeográfica, en el extremo sur de Navarra, hace que sea un enclave privilegiado, ya que en otoño-invierno posibilita la acogida de numerosas especies que tienen sus cuarteles de invernada en el norte de Europa, y en verano la de aves provenientes de África.

La totalidad de especies de aves que se encuentran en esta Laguna son especies protegidas, algunas incluso catalogadas en peligro de extinción. En otoño-invierno se observa un gran número de individuos de porrón común, porrón moñudo, porrón bastardo, focha, ánade real, cormorán, pato cuchara, ánade silbón, etc.

En primavera-verano, se constata la nidificación de numerosas especies como la focha, garza imperial, somormujo lavanco, zampullín chico, ánade real o la polla de agua. Además están presentes otras muchas especies que utilizan el humedal como zona de residencia y donde obtienen gran cantidad de recursos vitales, como la garceta común, garcilla bueyera, cormorán grande, cigüeñuela, abejaruco, golondrina, avión común y real, gaviota reidora y varias especies de limícolas como el chorlitejo, andarríos chico y grande, etc., sin olvidar una comunidad de rapaces entre las que hay que reseñar el águila pescadora, el águila culebrera e, incluso también, el halcón de Eleonora.

También es un lugar importante de descanso de aves acuáticas en su ruta migratoria, lo que permite avistamientos de especies singulares, como el negrón especulado, espátula, garcilla cangrejera, morito, grulla, porrón moñudo, la malvasía y algunas gaviotas marinas.

Por todo lo descrito, la Laguna de Lor cumple todas las características necesarias para que se incluya de forma inmediata en las figuras de protección de Navarra, de la Unión Europea y en el Convenio Ramsar.

La protección de este humedal debe impedir la proliferación de urbanizaciones camufladas como camping que, como la proyectada, ejercerían una fuerte presión antrópica; manifestada en impactos como la ocupación de suelo, contaminación acústica, lumínica, generación de residuos, fragmentación del hábitat, etc., que causarían un gravísimo deterioro de sus valores naturales.