El impacto de las plantas europeas de cloro-sosa queda reflejado en un estudio de la organización Concorde East/West Sprl, cuyos resultados revelan que las emisiones de mercurio a la atmósfera procedentes de las plantas de cloro son unas cinco veces más importantes que lo que las propias empresas reconocen, y pueden incluso igualar las emisiones de las grandes centrales eléctricas europeas alimentadas con carbón. El informe incluye los resultados de las mediciones de mercurio en el aire alrededor de plantas de cloro en Italia, República Checa y España, que revelaron preocupantes niveles en diez de las once plantas controladas.

Por todo ello, Ecologistas en Acción señala la urgencia de eliminar el uso de celdas de mercurio en la industria del cloro. Todos los años, la industria europea del cloro libera toneladas de mercurio en el medio ambiente, contribuyendo así a la acumulación de este peligroso contaminante en la atmósfera del planeta y en los peces, y poniendo en grave riesgo la salud de los consumidores, especialmente de las mujeres embarazadas y de los niños. Dado que existen métodos de producción de cloro más eficaces y menos peligrosos, Ecologistas en Acción exige el cierre de las plantas que todavía utilizan este proceso.
Los resultados no hacen más que confirmar que es urgente cerrar estas fábricas o reconvertirlas a tecnologías limpias, tal y como lo recomiendan los acuerdos internacionales de la Comisión OSPAR (90/3) y la Resolución del Parlamento Europeo de marzo de 2006. El proceso de celdas de mercurio no es una Mejor Tecnología Disponible según la Directiva de Prevención y Control de la Contaminación (IPPC) y las autoridades competentes deberían denegar los permisos de actividad a estas empresas.

Ecologistas en Acción recomienda que la industria del cloro se reconvierta a procesos limpios lo antes posible, y desde luego antes de 2010 (y no en 2020 como propone la industria), que se almacenen los excedentes de mercurio de manera segura y permanente y que no vuelvan al mercado, que se limpie de mercurio los lugares contaminados por las fábricas y que se haga un seguimiento de la salud de los trabajadores y de la población cercana.

El Consejo mundial del cloro estima que todavía hay 135 plantas funcionando con celdas de mercurio en el mundo, unas 50 en la Unión Europea. Producen la mitad de todo el cloro europeo con una tecnología peligrosa y obsoleta. Es hora de cambiar.